El representante en nuestro país del Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF), licenciado José Juan Ortiz Bru, presentó
ayer en La Habana la novena edición de Progreso para la Infancia,
una serie de balances que viene elaborando esa organización
internacional, que en esta ocasión aborda como tema central Lograr
los Objetivos de Desarrollo del Milenio con equidad.
En septiembre del 2000, 189 líderes mundiales aprobaron la
Declaración del Milenio, en la que se comprometieron antes del 2015
a "liberar a todos los hombres, mujeres y niños de las lamentables e
inhumanas condiciones de extrema pobreza".
Para ese fin se trazaron ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio
(conocidos como ODM), que abarcan desde la promoción de la
enseñanza, salud materna, igualdad de géneros y autonomía de la
mujer, hasta la reducción drástica de la pobreza y de la mortalidad
infantil, así como la erradicación del VIH/SIDA y otras
enfermedades.
Una década después de adoptado el compromiso la publicación
muestra con nitidez las desigualdades existentes —los ricos cada vez
más ricos, y los pobres, más pobres—, tanto entre las regiones en
desarrollo como dentro de los países, en la supervivencia, el
desarrollo y la protección de la infancia. No obstante es una
realidad que la erradicación de la pobreza es posible con los
recursos, el conocimiento y las tecnologías de que la humanidad
dispone en la actualidad.
Dos datos, entre los muchos que publica UNICEF, son un fiel
reflejo de la hiriente realidad prevaleciente: "Suman 100 millones
los niños y niñas que no asisten a la escuela, y todos los días hay
cerca de 24 000 menores de cinco años que no sobreviven".
No fue casual por ello que el representante de la UNICEF
solicitara a los periodistas no "saturar" literalmente a los
lectores con datos y cifras (las consecuencias), sino denunciar las
causas, que no son otras que la falta de equidad por el injusto
orden económico y social prevaleciente en el mundo, donde los más
desprotegidos (léase excluidos) son las mujeres y los niños. El
desarrollo con equidad, sentenció, posibilitaría también vivir en un
mundo de paz.
El licenciado Ortiz hizo mención a Cuba, un país económicamente
pobre y bloqueado, que ha demostrado incluso en los tiempos más
difíciles del período especial, que los derechos a la salud de la
madre y el niño, a la educación, no dependen solo de recursos
económicos, sino de la equidad sustentada por la voluntad política.
En la conferencia de prensa estuvo presente el doctor Carlos
Amat, director de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU).