PARÍS, 28 de septiembre.— El Pacto Europeo de la Inmigración y
los compromisos con sus socios comunitarios, sirvieron hoy como
principales pretextos para el Gobierno francés en defensa de su
proyecto de ley que endurece la lucha contra los sin papeles y
agiliza su expulsión, incluida la de ciudadanos comunitarios sin
recursos, reportó EFE.
"Este proyecto de ley es indispensable para que Francia¼
", subrayó el ministro de Inmigración, Éric Besson, al presentar
ante los diputados un texto que facilitará en particular las
polémicas expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros.
La medida prevé que podrán ser expulsados de Francia los
extranjeros, comunitarios incluidos, que "representen una carga"
para el Estado, que hayan cometido "actos repetidos de robo" o que
se dediquen a la "mendicidad agresiva".
Por su parte, los socialistas, por boca del jefe del grupo
parlamentario en la Asamblea, Jean-Marc Ayrault, cargaron en
particular contra el mecanismo configurado para los gitanos, que
supone un "grave perjuicio a la letra y al espíritu" de los tratados
europeos y al principio de libre circulación.
"Es retroceder 50 años a la Europa de las fronteras, e instaurar
un telón de acero únicamente para los pobres" ya que la obligación
de abandonar un país para un ciudadano europeo solo se justifica en
caso de "desórdenes reales del orden público", señaló Ayrault.