La misión permanente de Cuba ante la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), reitero hoy en Nueva York que Washington no tiene
ninguna intención de producir un cambio en su política de bloqueo
hacia la Isla.
En una nota de prensa titulada "El gobierno del presidente Obama:
continuidad en la política del bloqueo contra Cuba", la
representación antillana indicó que EE.UU. se niega a cumplir con
las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, las que plantean
poner fin al genocida cerco.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por
la nación estadounidense -el cual dura casi 50 años- resquebraja las
normas fundamentales del derecho internacional y los principios de
igualdad soberana de los Estados, refiere la agencia de noticias
Prensa Latina.
Obama se ha quedado muy por debajo de las expectativas creadas
por su discurso, en cuanto a los reclamos de sectores de la sociedad
norteamericana y de la comunidad internacional de poner fin a esa
injusta y arbitraria política, apunta el texto.
Añade que en su condición de mandatario estadounidense, Obama
cuenta con prerrogativas para modificar aspectos significativos de
la política hacia Cuba, aun sin la intervención del Congreso.
Igualmente, destaca la nota, las Leyes Torricelli y Helms Burton,
que forman parte del endurecimiento de la política de bloqueo contra
Cuba, continúan vigentes y se aplican con todo rigor en su alcance
extraterritorial.
La misión cubana subrayó en su declaración que se han reforzado
las principales acciones del cerco en términos de mayores sanciones
y persecución a la actividad empresarial y a las transacciones
financieras de la Isla.
Asimismo, enumera algunas medidas de flexibilización del bloqueo,
las cuales podía haber establecido Obama, como la emisión de
decisiones ejecutivas, licencias o dispensas para autorizar
numerosas operaciones y la posibilidad de eliminar la prohibición
del uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba.
También podía autorizar la importación de medicinas y productos
médicos de origen cubano, dejar sin efecto la prohibición a las
empresas de la Isla para transportar visitantes entre ambos países,
y expandir sustancialmente los viajes a Cuba de los norteamericanos
y extranjeros residentes en EE.UU.
Fuentes oficiales de la Ínsula recuerdan que la ONU ha condenado
desde 1991 la arbitraria política norteamericana, al punto de que en
2009 el apoyo a la resolución presentada por la Mayor de las
Antillas sobre el tema fue apoyada por 187 países, sólo tres votaron
en contra y dos se abstuvieron.