La escucha telefónica es el
principal método utilizado por las autoridades guatemaltecas para
desbaratar las bandas de extorsionadores, dirigidas fundamentalmente
por ese medio desde las cárceles.
Unos 20 grupos de ese tipo fueron desarticulados desde finales
del año pasado, cuando el Ministerio Público (MP) recibió la
autorización para montar dispositivos con ese fin y utilizar lo
logrado como prueba en los juicios.
De 15 a 20 personas, en su mayoría mujeres, integran cada una de
dichas agrupaciones, las cuales reciben órdenes de sus líderes
encarcelados mediante celulares introducidos clandestinamente en los
penales.
Así organizan las extorsiones, dirigidas en primer lugar a
empresarios y conductores de ómnibus de pasajeros, los más
asesinados en Guatemala cuando se niegan a desembolsar lo exigido.
De acuerdo con el Diario de Centro América (oficial), la Unidad
de Métodos Específicos del MP presenta en procesos penales las
grabaciones realizadas por ese sistema, en algunas de las cuales
incluso se escuchan disparos contra quienes se resisten a pagar.
Pero principalmente se trata de conversaciones entre jefes y
subordinados, o entre estos, para coordinar acciones de esa
naturaleza, muy ligadas a las muertes violentas ocurridas
cotidianamente en el país.