El líder de la Unión General de
Trabajadores (UGT) de España, Cándido Méndez, restó hoy credibilidad
a la propuesta lanzada por el presidente del gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, para dialogar con el sindicalismo.
En vísperas de la huelga general que el próximo miércoles
llevarán a cabo los dos sindicatos mayoritarios del país contra su
política económica, Zapatero tendió ayer la mano a los gremios para
seguir conversando en el futuro.
Tras defender la controvertida reforma laboral emprendida por su
administración, el jefe del ejecutivo aseguró que mantendrá el
diálogo con la UGT y Comisiones Obreras (CC.OO.) para lograr reducir
el desempleo, ascendente a unos 4,6 millones de personas.
Méndez opinó, sin embargo, que el Gobierno y su presidente no
tienen credibilidad cuando a estas alturas del partido hablan de
negociación.
Acusó al Palacio de la Moncloa (sede del poder central) de
romper, con las modificaciones introducidas en el mercado del
trabajo, el convenio colectivo de los empleados públicos con un
recorte salarial del 5,0 por ciento y congelar las pensiones para
2011.
Si (Zapatero) de verdad quiere hablar de diálogo, lo primero que
tiene que hacer es rectificar su plan de ajuste, subrayó el
secretario general de la UGT durante una rueda de prensa en
Pamplona, Navarra.
Méndez lamentó incluso que la Moncloa, en un gesto sin
precedentes, haya obviado las consultas previas con el sindicalismo
antes de aprobar su proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE)
para 2011, el pasado viernes.
Todos los años, todos los gobiernos, antes de enviar el proyecto
de PGE al Parlamento y antes de aprobarlo en el Consejo de
Ministros, han abordado el proceso de información y de consulta con
las organizaciones sindicales, recordó.
CC.OO. y la UGT convocaron para el día 29 la primera huelga
general contra la administración Zapatero, en rechazo a la reforma
laboral, a la pretensión oficial de extender la edad de jubilación
hasta los 67 años y a los recortes del gasto público.
Las dos principales asociaciones obreras por afiliación de este
país europeo acusan al gobernante Partido Socialista Obrero Español
de un viraje a la derecha de sus políticas económicas.
Para ambas, las transformaciones en el mercado del trabajo
impuestas por la Moncloa aumentarán el paro y los contratos
temporales y tienen como esencia un despido más barato y con menor
tutela judicial.
Además, califican de cosmética la reciente subida impositiva en
el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para las rentas
más altas.
España necesita mucho más que símbolos en materia de política
fiscal, advirtió este lunes Méndez.
Instó al poder central a adoptar medidas más contundentes contra
el fraude fiscal y recuperar el Impuesto al Patrimonio.
A su juicio, ese gravamen supondría para el Estado ingresos por
unos mil 800 millones de euros anuales, con lo cual podría dejar sin
efecto la congelación injusta y antisocial de las pensiones.
La UGT y CC.OO. consideran escandaloso que el Ejecutivo de
Zapatero haga recaer el peso de la crisis sobre los asalariados,
cuando el mayor nivel de recaudación procede de las rentas del
trabajo y no del impuesto de sociedades a las empresas.