Estados Unidos y Surcorea
iniciaron hoy cinco días de maniobras militares consideradas como
otra demostración de fuerza contra la República Popular Democrática
de Corea, que las calificó de provocación para destruir los
esfuerzos por la distensión en la península.
Con el Mar Amarillo como escenario, los ejercicios se realizan
luego de ser aplazados por el paso de un tifón por la zona a
principio de mes, cuando debieron efectuarse.
En ellos participan mil 700 efectivos y 10 buques de guerra,
incluidos los destructores norteamericanos John S. McCain y
Fitzgerald, a los que se suman dos submarinos, con lo cual las
tensiones en al área se incrementan nuevamente.
La víspera el Comité norcoreano para la Reunificación Pacífica de
Corea advirtió que estas maniobras agravarán la confrontación en
detrimento de una mejora en las relaciones entre el Norte y el Sur.
Seúl y Washington realizaron ejercicios navales a finales de
julio pasado, a los que siguió el Ulji Freedom Guardian, de 11 días
y concluido el 26 de agosto.
La situación en la zona se deterioró hasta reducir las relaciones
intercoreanas prácticamente a cero luego del hundimiento de la
corbeta Cheonan en marzo pasado, atribuido por Surcorea a la otra
parte, que rechazó las acusaciones en ese sentido.
Pyongyang pidió enviar expertos para investigar lo sucedido, pero
la solicitud fue denegada.
Los ejercicios tienen lugar poco después de dos encuentros entre
representantes de los comités de la Cruz Roja del Norte y el Sur
para coordinar reuniones de familiares separados por la guerra
(1950-53).
Una tercera ronda de esas conversaciones está prevista para el
mismo día en que deben concluir las maniobras.