Balance final, ahora resta salir al terreno de competencia

Oscar Sánchez Serra

La preselección cubana de béisbol, convertida ya en selección, se despidió de su público en un Latinoamericano que copó las gradas techadas y al que le regaló su segundo KO (13-3 en siete entradas) de la serie que sostuvo frente a la escuadra de Nicaragua, con cinco triunfos sin revés.

Foto: Ricardo López HeviaAnte Nicaragua, los dirigidos por Eduardo Martín mostraron una ofensiva arrolladora.

Un balance de la confrontación arroja que el equipo dirigido por Eduardo Martín logró ofensiva colectiva de 329, al pegar 56 jits en 170 veces al bate, que le sirvieron para fabricar 47 carreras en 39 capítulos. Veintinueve de esos imparables fueron extrabases, divididos en 16 dobles, dos triples y 11 jonrones.

A la defensa cometió tres errores en 170 lances, mientras el pitcheo permitió ocho anotaciones, de ellas siete limpias en 42 entradas para un promedio de 1.50. Los lanzadores alcanzaron la cifra de 47 ponches frente a nueve boletos y los bateadores contrarios solo pudieron pegarle para 180 de average.

Aunque se trató de un tope de preparación, en el que ambos cuadros probaron todas sus piezas, algunos juicios pueden emitirse. A la ahora selección nacional se le ve en óptimo estado físico, tácticamente tiene variantes y en el orden técnico hay una evolución en cada jugador, sobre todo en el aspecto ofensivo.

Resta ahora la voz de a jugar en Puerto Rico, donde Cuba, si no hay más cambios, debe abrir el campeonato premundial y prepanamericano frente a Venezuela, en la ciudad de Mayagüez.

 

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