PUERTO PADRE, Las Tunas.— A más de un lustro de aplicación, la
convergencia del bombeo de salmuera en un solo punto de la salina
portopadrense (y no en tres estaciones como sucedía antes), continúa
siendo una de esas soluciones propias del talento creador, que
agradece la empresa y beneficia a la economía nacional.
Lo reconocieron recientemente especialistas de la esfera
científico-técnica en el contexto del foro provincial. Pero lo
confirma también, cada día, el mejor jurado: la práctica.
Según explica Maikel García Reyes, director técnico de la salina
y autor de las transformaciones, el proceso se tornaba complicado y
costoso al funcionar tres estaciones para el bombeo y tener que
trasladar diariamente alrededor de 200 litros de combustible hasta
una de ellas, ubicada a casi dos kilómetros, en un lugar intrincado,
fuera de las posibilidades del servicio eléctrico.
La concentración del flujo productivo en un mismo punto, sobre la
base de canales construidos con inteligencia y recursos de la
entidad, validó viejos proyectos o aspiraciones y abrió una brecha
hacia el sentido de austeridad que demanda la economía cubana, sobre
todo en estos tiempos.
Como resultado, ya no hay que trasladar y emplear miles de litros
de combustible allí, ahora el proceso transcurre con la mitad de la
fuerza laboral que antes intervenía en esas operaciones, hay menos
gastos en salario, en equipos y en mantenimientos.
Todo ello ha permitido enfrentar mejor las severas afectaciones
causadas hace dos años por el huracán Ike, e ir recuperando
progresivamente el ritmo productivo en ese renglón: vital para el
consumo social y con gran aplicación en otros procesos industriales
del país.