Para
ampliar las opciones alimentarias con productos demandados y
nutritivos, las estructuras agrícolas de Pinar del Río emprendieron
un programa de fomento de cultivos de frutales, en zonas rurales y
urbanas.
Este proyecto prioriza el desarrollo citrícola, en particular
mediante el mantenimiento de las más de 1 490 hectáreas existentes
en los municipios de Pinar del Río, Consolación del Sur y Sandino,
fundamentalmente, de acuerdo con informes del Ministerio de la
Agricultura en el territorio.
De modo simultáneo, expertos informaron que están plantadas,
además, cerca de 1 000 hectáreas de mango, guayaba, piña, fruta
bomba y especies exóticas, entre otros cultivos, en fincas o
parcelas atendidas por obreros, campesinos y cooperativistas.
Entre ellos destacaron a nuevos productores, radicados en áreas
entregadas en usufructo, mediante el Decreto- Ley 259, que beneficia
a más de 8 000 personas naturales en la provincia.
Los planes agrícolas en Pinar del Río, señalaron las propias
fuentes, a corto y mediano plazos incluyen la siembra de estas
líneas productivas en antiguas áreas cafetaleras, declaradas tras
estudios, no óptimas para la labranza del grano, por sus condiciones
físicas.
En pos de sustentar esos propósitos, se estimula la recuperación
de semillas, con la reanimación de viveros que sostengan la
disponibilidad, sobre todo de ejemplares comprendidos entre las más
de cien especies de frutas existentes en la flora nacional.
Experiencia en esta tarea reportan los vecinos de la comunidad
Las Terrazas, en la Sierra del Rosario, donde en huertos caseros
reaparecen mangos, mamoncillos, guanábanas amarillas, nísperos y
tamarindos, obtenidos con la colaboración de expertos de la reserva
de la biosfera enmarcada en la zona.