Cientos de soldados israelíes
mantuvieron hoy severa vigilancia en esta ciudad tras los
enfrentamientos desatados por la muerte violenta de dos palestinos y
en previsión de protestas ante la incertidumbre del diálogo de paz.
Las fuerzas de seguridad sionistas erigieron desde temprano
puntos de control en barrios de la parte árabe de Jerusalén en torno
a la Ciudad Vieja y en la conflictiva zona de Silwan, coincidiendo
también con el primer día de la festividad judía del Sukkot.
El ambiente de máxima alerta policial conllevó a restringir los
movimientos de pobladores árabes, mientras docenas de hombres de
Silwan continuaban sometidos a interrogatorio en instalaciones de la
frontera entre las zonas Este y Oeste de la ciudad santa.
La detención e interrogatorio siguió a los choques protagonizados
el miércoles último, después de que un guardia de seguridad del
asentamiento judío de Silwan disparó contra palestinos y causó la
muerte de dos jóvenes, además de heridas a otros tres.
Una procesión de miles de personas en los funerales de las
víctimas desembocó en violencia en esta tarde, mientras familiares y
amigos se disponían a sepultar el cadáver de Samer Sarhan, de 28
años, y acudieron a rezar en la mezquita Al-Aqsa de la Ciudad Vieja.
Igualmente, se habilitaron puestos militares de control en Al-Isawiya
y en el campamento de refugiados palestinos de Shu fat, donde
también hubo enfrentamientos cuando policías intentaron sofocar los
disturbios del centro de la ciudad el miércoles en la noche.
Las fuerzas israelíes dispararon ayer balas de caucho y gases
lacrimógenos en la mencionada mezquita, considerada el tercer lugar
sagrado del Islam, para dispersar las protestas por la matanza de
Silwan, causando heridas a por lo menos 10 personas.
La represión sionista a los residentes árabes en los territorios
ocupados prosiguió a pesar del diálogo directo entre Israel y la
Autoridad Nacional Palestina (ANP), ahora amenazado por el casi
seguro fin de una moratoria en la construcción allí de asentamientos
judíos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, debe decidir el
26 de septiembre si extiende o no el congelamiento de 10 meses en
Cisjordania, lo que será clave para conocer si su interlocutor, el
presidente palestino, Mahmoud Abbas, continúa o abandona las
pláticas.
Dirigentes de la ANP se quejaron de que los colonos judíos
persisten en atacar diariamente a los palestinos en sus propiedades,
destruir sus sistemas de irrigación, intimidar a agricultores y
saquear sus cosechas.