En esas presentaciones Marsalis contará con la colaboración del
maestro Chucho Valdés, con quien sostiene una añeja relación basada
en la admiración mutua.
Durante la estancia en la isla, el músico norteamericano y sus
colegas ofrecerán una clase magistral para profesores y estudiantes
el propio día 9 en horas de la mañana en el Mella, y visitarán
centros de la enseñanza artística en la capital.
A los 49 años de edad, Wynton Marsalis es toda una leyenda: desde
los tiempos de Miles Davis ningún otro trompetista había logrado en
la escena jazzística una impronta tan rotunda e integral.
Natural de Nueva Orleáns, creció en el seno de una familia
dedicada al jazz; su padre Ellis fue pianista y profesor y sus
hermanos Branford y Deldeayo destacan entre los músicos de la nación
norteña.
Dotado de una sólida formación académica en el Berkshire Music
Center, de Tanglewood, Massachussets, y la Julliard Academy, de
Nueva York, Marsalis impactó a la crítica y al público al filo de
los años ochenta al presentarse con los Jazz Messengers y el
cuarteto de Herbie Hancock, pero sobre todo cuando grabó los álbumes
Blas Codes y The Majesty of the Blues.
Definido como un músico todoterreno, Wynton transita con la misma
pasión e idéntica solvencia por la llamada música clásica y la
experimentación sonora. A la vez ha descollado como promotor
cultural, activista social y pedagogo, por lo cual se le considera
como una de las personalidades más influyentes del ámbito artístico
e intelectual norteamericano de esta época.
En 1997 marcó un hito al ser el primer jazzista en merecer el
Premio Pulitzer en música por el oratorio Blood on the fields,
dedicado a las víctimas del sistema esclavista en EE.UU.
Uno de los proyectos más queridos por Marsalis es el que ha
desarrollado desde 1995 en el Lincoln Center, de Nueva York. Se
trata de estimular la preservación de las raíces del género, el
reconocimiento de sus tendencias de vanguardia, la orientación del
público y la emergencia de nuevos talentos mediante un programa de
conciertos, concursos, conferencias, residencias y producciones
discográficas y audiovisuales. En la base de este esfuerzo se halla
la Orquesta de Jazz del Lincoln Center (JLCO, por sus siglas en
inglés), de reconocida fama mundial y bajo el liderazgo del propio
Marsalis.