En Medicina, y especialmente en Neurología, debe prevalecer el
pensamiento científico sustentado en la aplicación del método
clínico, porque no se justifica la indicación de una batería de
pruebas diagnósticas sin un previo interrogatorio y examen físico al
paciente. Ello sería como tirar piedras al vacío, destacó a
Granma el Doctor en Ciencias Otman Fernández Concepción.
Indicó el especialista, Máster en Neurociencias, que la
importancia del interrogatorio y el examen físico varían de una
enfermedad a otra. El diagnóstico de una epilepsia está en
dependencia sobre todo del interrogatorio; en cambio, en las
enfermedades degenerativas como el Parkinson o la Esclerosis Lateral
Amiotrófica (ELA) el mayor énfasis reside en el examen físico.
Con el quehacer clínico el médico elabora hipótesis sobre las
posibles causas de los trastornos que le refiere el enfermo, y en
consonancia con las incógnitas que resulte ineludible esclarecer
indicará o no complementarios específicos. Y expone que en las
cefaleas el diagnóstico radica prácticamente en la clínica, y muy
excepcionalmente son necesarios otros exámenes.
A la interrogante de qué pruebas complementarias emplear,
responde que solo las que sirvan "estrictamente" para corroborar el
pensamiento clínico. ¿Para qué indicar una tomografía de cráneo si
la enfermedad que se sospecha se localiza en el sistema nervioso
periférico ubicado fuera del cerebro?
Considera que, por desconocimiento, muchos pacientes les
atribuyen "excesiva importancia" a los complementarios, y dice que
no son pocos los que llegan a la consulta mostrando, antes de
iniciar el interrogatorio médico, tomografías y resonancias
magnéticas, como si en ellas estuviera el diagnóstico de la dolencia
que los pudiera aquejar y no en su propia persona.
Un hecho reiterado, dijo el profesor Fernández Concepción, jefe
del Servicio de Neurología del Instituto de Neurología y
Neurocirugía, son los pacientes que acuden ciertamente asustados
porque en una resonancia "que se han hecho" sin indicación
especializada, se reporta que presentan una atrofia cerebral, lo que
es común en personas de la tercera edad y no implica una enfermedad.
Es esencial conocer que cualquier examen complementario, desde el
más común pinchazo para la extracción de sangre, puede implicar
algún riesgo para la salud del paciente, para no hablar de la
Tomografía Axial Computarizada que origina una "exposición exagerada
a los Rayos X, causante de daños a largo plazo, incluidos los
tumores cancerígenos".
Como neurólogo, plantea resumidamente, diría que en nuestra
especialidad resulta imposible llegar a un diagnóstico sin seguir la
metodología que establece el método clínico. Nos permite, en lo
fundamental, conocer el inicio de una enfermedad, su perfil
temporal, reconocer los signos clínicos, el sitio o localización de
una lesión y si hay más de una, si es una afección del sistema
nervioso central o periférico, establecer un diagnóstico
diferencial. Y todo ello sin el empleo de procederes invasivos o
dañinos para la salud del paciente.