Diferentes
instituciones científicas internacionales lo han advertido. El año
2010 pudiera convertirse en el más cálido ocurrido a nivel mundial
desde 1850, cuando empezó a registrarse ese indicador.
Más allá de las frecuentes imágenes del retroceso de los
glaciares y el derretimiento del hielo en el Ártico, el verano
actual ha sido notablemente "caliente" en Norteamérica, regiones de
Europa, Medio Oriente y Asia, con algunos valores de temperatura
máxima que son los más elevados de la historia para esos lugares.
Lo anterior se corresponde con la tendencia al calentamiento
global del planeta, expresada en los informes del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Resulta
oportuno mencionar que un estudio reciente realizado por
investigadores de la Universidad de Salamanca, en España, reveló un
aumento en la frecuencia de días cálidos para la península Ibérica,
y un decrecimiento progresivo de las noches frías, a partir de un
análisis comparativo de tales variables en el periodo 1950-2006.
También la etapa veraniega "sofoca" a los cubanos y según datos
del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, las temperaturas
medias en el trimestre junio, julio y agosto, fueron superiores a
las habituales.
Vistos de manera separada, junio y agosto resultaron los más
calurosos desde 1951, mientras julio ocupó el quinto lugar para esa
cronología.
En el caso específico de agosto, es de interés subrayar la
ocurrencia de valores extremos de máximas y mínimas sumamente
significativas.
Por ejemplo, la capitalina estación de Casablanca registró el
tercer valor más alto de máxima absoluta de la citada serie, con
35,7 grados Celsius, solo una décima menos que en el 2009 y en 1998.
Tuvo, además, el quinto registro más elevado de la temperatura
mínima al marcar el termómetro 26,9 grados.
El efecto combinado de la temperatura ambiental, humedad del aire
y la velocidad del viento, hizo que la sensación calurosa percibida
por las personas fuera francamente agobiante.
Como reflejan las investigaciones efectuadas por expertos del
Instituto de Meteorología y otras entidades, el clima cubano es hoy
más cálido y extremo; la temperatura media ha subido 0,6 grados
Celsius en las últimas cuatro décadas, hay una expansión del verano
y una contracción del invierno, se incrementa la frecuencia de
sequías más intensas y prolongadas, y el primer decenio del presente
siglo registra la mayor cantidad de azote de huracanes intensos.
Asimismo, el nivel del mar ascendió a una velocidad de 2,14
milímetros por año, de acuerdo con los registros de la estación
mareográfica de Siboney, al oeste de la capital.
Se ratifica que el principal peligro actual y perspectivo es la
sobrelevación del nivel del mar, por la surgencia y el oleaje en
caso de eventos hidrometeorológicos extremos.
Pero la tendencia general al calentamiento del clima en nuestro
archipiélago data de al menos 18 000 años, según los resultados de
un proyecto de investigación sobre paleoclimatología, dirigido por
el especialista Jesús M. Pajón, del departamento de Arqueología del
Instituto Cubano de Antropología, del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente.
Mediante la aplicación de métodos y técnicas de geoquímica de
isótopos estables de oxígeno y dataciones isotópicas a una
estalagmita localizada en un sistema cavernario en la Sierra de San
Carlos, Pinar del Río, pudo observarse que el valor medio de la
temperatura para esa área montañosa de la región occidental se elevó
entre ocho y diez grados Celsius.
Sobresale, además, la detección de un cambio climático sumamente
abrupto, con un aumento de la temperatura promedio de seis a ocho
grados en apenas dos milenios (al parecer entre 11 520 y 9 220 años
atrás), registros coincidentes a los reportados en estalagmitas
ubicadas en otras regiones del orbe.
Según las estadísticas los años más cálidos en el mundo han
sido: en primer lugar el 2005, seguido de 1998, el 2003 y el
2006, encontrándose en el quinto lugar el pasado 2009. |