Pero a la hora de emprender los estudios superiores, sorprendió a
sus familiares y amigos al optar por la entonces recién creada
Licenciatura en Meteorología, cuyo primer curso comenzó a impartirse
en el hoy Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (INSTEC),
situado en la Quinta de los Molinos.
Cuenta que al principio no le gustaba mucho, pero poco a poco fue
"atrapada" por la magia de los fenómenos atmosféricos y la
profesionalidad de un claustro de primer nivel, entre los cuales
menciona con particular cariño al desaparecido Armando Lima, Miguel
Portela, Alfo Batista, Gisela del Valle y Juan Pedro Febles.
Esta carismática joven de 24 años pertenece al grupo de los
primeros nueve graduados en el país de la carrera de Meteorología en
más de tres décadas, todos egresados en el 2008 con títulos de Oro
por sus excelentes resultados académicos.
Tornados en Cuba. Condiciones favorables para su ocurrencia,
fue el tema desarrollado por Gisselle Acosta en su tesis. Según
explica, se trata de eventos meteorológicos de alta peligrosidad y
muy difíciles de predecir, debido a su pequeña escala y rapidez de
todo el proceso que lo genera.
Con ese trabajo, la muchacha actualizó hasta el 2007 la
Cronología de las Tormentas Locales Severas de Cuba, valiosa
investigación publicada en 1994 por el fallecido meteorólogo Arnaldo
Alfonso, y retomada después por sus dos tutores, la doctora Gisell
Aguilar Oro y el doctor Mario Carnesolta.
"En el estudio sobre el comportamiento de los tornados durante el
periodo 2000-2007 observamos que estos suelen ser más frecuentes en
los meses de mayo a julio, la mayoría ocurre entre el mediodía y el
atardecer, con el pico máximo de cuatro a cinco de la tarde".
Señala que solo detectaron alrededor de ocho o nueve casos
ocurridos durante la madrugada. De manera general encontramos un
promedio de 19 tornados al año para toda Cuba, apuntó.
Estos fenómenos, precisó, son el resultado de una gran
inestabilidad atmosférica, favorecida por la presencia de diferentes
sistemas sinópticos, como son por ejemplo las bajas frías
(circulación de núcleos de aire con temperaturas más frías a la
existencia en los alrededores). También pueden venir asociados a
líneas de tormentas que preceden la entrada de frentes fríos
moderados y fuertes, o inmersos en la circulación de los huracanes.
Desde el 22 de septiembre del 2008, Gisselle comenzó a trabajar
en el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, junto a
la también joven graduada Yiliam Martínez.
Confirma que le sigue gustando mucho la investigación, pero le
fascina el trabajo operativo de participar en el pronóstico del
tiempo.
"Es una labor muy dinámica, todos los días aprendes algo nuevo, y
la confección de cada parte es un reto porque no hay dos situaciones
sinópticas iguales y la naturaleza hace sus trastadas. Realmente es
una verdadera escuela que exige una permanente superación".
Gisselle agradece el apoyo y los conocimientos que recibe de
todos los jefes de turno y compañeros de trabajo del Centro de
Pronósticos, en particular del Máster en Ciencias Armando Caymares,
el doctor José Rubiera, las doctoras Maritza Ballester, Cecilia
González, su tutora Giselle Aguilar, y de la Máster Míriam Teresita
Llanes.
Con cierta picardía, indica que aún no le ha tocado enfrentar la
amenaza de un ciclón tropical (cuando el Paloma estaba recién
graduada), para muchos el mayor desafío de quienes se dedican a esta
labor.
Junto con su colega Yiliam Martínez, Gisselle es una de las
nuevas caras y voces incorporadas recientemente a la transmisión del
parte del tiempo en diferentes espacios radiales y televisivos, algo
que según piensa todavía no logra hacer bien.
Para la meteorología cubana septiembre es un mes de
acontecimientos significativos. El día 3 de 1965 se hizo pública la
resolución número 24 firmada por el doctor Antonio Núñez Jiménez,
mediante la cual fue creado el Instituto de Meteorología. Más atrás
en el tiempo, el 11 de septiembre de 1875 el sacerdote catalán
Benito Viñes redactó en La Habana el primer aviso de ciclón tropical
reconocido en la historia de la ciencia.
Las nuevas generaciones de especialistas en esta rama son
continuadoras de ese legado.