No
existió un acuerdo previo para coincidir a una hora determinada en
la Escuela Nacional de Voleibol. Mas, como agradable sorpresa,
cuando entré allí lo hallé sentado en un banco conversando; fue el
primero de la preselección que llegó para el entrenamiento, casi una
hora antes del comienzo.
Se da fácil al diálogo, no esquiva pregunta alguna, y responde
tan rápido como remata el balón. De ahí que en un ambiente de franca
confianza apreté el gatillo.
Eres un santiaguero de 17 años, jovial y batallador. ¿De dónde te
vienen esos atributos?
De mis padres. Procedo de una familia de deportistas, mi papá
practicó la lucha y el kayac, mientras mis tíos competían en
baloncesto y voleibol.
Comenzaste la Liga Mundial’10 por debajo de tu forma óptima, ¿por
qué?
Tuve algunos inconvenientes durante el entrenamiento, pero cuando
el cerebro está fuerte y concentrado, nada puede desviarte de tu
camino. Viste cómo recuperé terreno en la Liga y más adelante, en
Singapur, rendí desde la posición de atacador opuesto, en lugar de
auxiliar como en la selección de mayores.
¿Preferirías continuar de opuesto?
En las categorías de cadetes y juvenil esa era mi posición. No
resulta una cuestión de gusto, sino de dónde soy más útil para el
equipo, por tanto, no tendría problema si la dirección técnica
considerara ese cambio.
¿Qué experimentas cuando te envían al banco?
Eso es parte del voleibol. En ocasiones no haces bien las cosas o
muestras cierto agotamiento y refrescar para entrar en el próximo
set siempre viene bien.
Al terminar un partido, ¿cuántas veces habrás saltado y qué parte
del cuerpo te duele más?
Imagínate, si concluyes un encuentro con pizarra de 3-0, como
promedio puedes haber ejecutado más de 200 saltos; y si se extiende
a un 3-2 quizá sobrepases los 400. Además, súmale también las veces
que debes elevarte cuando realizas el servicio, por eso acabas
resentido, los músculos se contraen, te sientes excitado y aparecen
algunos dolores. Ayudar a la recuperación es labor para el médico y
el fisioterapeuta.
¿Cómo duermes después de un desafío tenso?
Mira, mantener una buena relación trabajo-descanso es esencial.
De ahí que después de una jornada, a la hora de dormir, trato de no
pensar en lo sucedido, porque eso te desvela.
¿Tienes amigos en equipos rivales?
Sí, cómo no, brasileños y de otros países. Una vez fuera del
terreno, trato de acercarme a ellos y establecer una amistad con
todos por igual, sin preferencias, con respeto.
Háblame precisamente de Brasil, porque aparece en el mismo grupo
de Cuba en el Mundial, a finales de este mes.
¡Hay que partirle pa’arriba! En la Copa América 2008 le ganamos
3-2, aunque nos venció en las finales de las dos últimas Ligas
Mundiales. Son hombres muy tácticos, experimentados, accionan sobre
las deficiencias del contrario y poseen experiencia.
¿Piensa Wilfredo León que a la segunda ronda mundialista
avanzarán como líderes Brasil y Cuba?
No, serán Cuba y Brasil.