El selecto club de los porcicultores

JUAN VARELA PÉREZ
juan.pvp@granma.cip.cu

Los cooperativistas comprometidos en venderle al Estado anualmente 100 toneladas de carne de cerdo o más, trabajan para superar lo conseguido en el 2009.

Foto: Jorge Luís González El balance alimentario de los animales y su estabilidad son imprescindibles.

Ingresar en lo que los porcicultores llaman el "selecto club" era un sueño que parecía lejano para Benito Martínez Cue, presidente de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Guido Pérez, de San José, colectivo enfrascado en sumarles a las 100 toneladas vendidas al Estado en lo que va de año, otras 60.

Este favorable balance es el mejor resultado histórico de la CCS y demuestra las infinitas reservas que allí existen para suplir importaciones y "graduarse" en una especialidad que no era su fuerte.

Naves bien cuidadas ocupan espacio en este campestre rincón habanero, cercano a la autopista nacional, favorecido por fértiles tierras donde se cultivan variedades que sirven de sostén alimentario para la ceba.

Yoany Martín, joven cooperativista, afirma que "actualmente más del 40% de la bien balanceada dieta que reciben los animales la asumimos nosotros y el compromiso es disminuir al mínimo lo que recibimos del exterior". El rescate del tradicional y valioso palmiche, el ya popular yogur, el fomento de campos de caña, Kingrass, maíz y soya garantizan tener al alcance de las manos el sostén principal del programa de las 100 toneladas.

Aunque la CCS también produce leche y cultivos varios, sus 101 socios califican la carne porcina "como la niña de sus ojos" por lo que representa para la población, el ingreso individual y la economía de la empresa.

Yoany, cuya tarea es asegurar la alimentación de la masa, afirma que el gran secreto es la sistematicidad y la garantía en el balance de la dieta y que el animal al ser vendido tenga un peso promedio superior a los 100 kilogramos. También son muy importantes el cuidado de los veterinarios —responsables directos de la baja mortalidad—, así como la limpieza y el orden en los corrales.

De las más de 360 Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y CCS inscritas en este movimiento, los dirigentes de la ANAP estiman que no menos de 200 llegarán o sobrepasarán la entrega de las 100 toneladas y otras quedarán próximas a estos resultados, cifra que supera las 171 que lograron ese objetivo en el 2009.

La aplicación de nuevas y variadas formas de convenios entre el Grupo Porcino y los productores, constituye una fortaleza para que el sector consolide e incremente anualmente las ventas al Estado. Este sistema tiene en cuenta el apoyo a los productores con poca o ninguna posibilidad de garantizar el alimento.

La iniciativa, auspiciada por la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y el Ministerio de la Agricultura, tuvo sus tropiezos iniciales, pero hoy el camino se torna más despejado.

El uso de los medios locales demuestra en esas entidades cuánto es posible si el déficit de pienso importado se suple, total o parcialmente, en las Cooperativas de Producción Agropecuaria y de Crédito y Servicios.

En el 2009, por ejemplo, se elaboraron en esas instalaciones, con el apoyo de los convenios, 178 000 toneladas de comida para cerdos. El avance que se obtiene está relacionado, además, con los servicios de centros de monta por territorios, lo cual contribuye a una mejora racial de la masa porcina.

Cierto es que los volúmenes alcanzados no representan la solución del problema de alimentación, pero sí constituyen un aporte significativo al empeño nacional de aumentar la disponibilidad de carne de cerdo.

 

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