Ya el ahorro no se va por la chimenea
JOEL MAYOR LORÁN
Joel@granma.cip.cu
Ellos hacen chimeneas. Las empinan 37 metros hacia el cielo, para
los grupos electrógenos. Además, planean construir torres eólicas.
En los talleres de la Empresa de Mantenimiento a Centrales
Eléctricas (EMCE), crean varias de estas maravillas, cada una con el
sello de evitarle considerables erogaciones en divisas al Estado.
En
el taller de la Base Central de Reparaciones, en Marianao, nace una
chimenea tras otra. La nueva tecnología agiliza la producción.
LA CERTEZA
Cuando montamos la primera chimenea y nos falló, fue muy difícil
para nosotros, pero teníamos la certeza de lograrlo e insistimos.
Nos superamos de tal forma que ganamos la admiración de nuestros
socios extranjeros, asegura Andrés Saavedra, jefe del Grupo de
Piezas de Repuesto.
Desde el grupo electrógeno inicial Saavedra ha estado inmerso en
su montaje por todo el archipiélago. Los de Nuevitas, en Camagüey;
Briones, en Pinar del Río; Botella, de Las Tunas; Regla, en Ciudad
de La Habana; así como Ariguanabo y Mariel, ambos en la provincia de
La Habana, lucen encima chimeneas cubanas.
El
esfuerzo abarca los talleres de la EMCE en todo el territorio
nacional, para evitar gastos innecesarios al Estado.
"Cuando mencionamos la posibilidad de construirlas en la Base
Central de Reparaciones (BCR), en Marianao, muchos nos tildaron de
locos". Sin embargo, esta falta de cordura ha propiciado un notable
ahorro al presupuesto estatal, pues "si fuéramos a comprarlas en
Corea del Sur habríamos de pagar 125 000 dólares, y en Alemania el
precio sería aún mayor; en cambio, producirlas aquí nos cuesta unos
70 000".
En este momento emprenden las de los grupos Apolo y San Agustín,
para territorios capitalinos y luego continuarán con las de Morón
(Ciego de Ávila) y Cabaiguán (Sancti Spíritus). El plan del año
asciende a 22 de estas estructuras. Para el 2011 ya les han pedido
más. Y después, probarán otra idea: acometer las torres para los
generadores de energía eléctrica a partir de la fuerza del viento.
Over López, jefe del taller donde nace una chimenea tras otra,
afirma que la nueva tecnología instalada —una máquina de soldadura
automática, por arco sumergido— facilita hacer en dos meses lo que
antes no se lograba en todo un año.
Los
mecánicos de la BCR imponen sus voluntades a la del metal: fabrican
las curvas de radio crítico, únicamente producidas antes por Estados
Unidos, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido.
"Existen fábricas que nos apoyan, como Planta Mecánica, en Villa
Clara; METUNAS, en esa provincia oriental; y Quintín Banderas (REGAL),
en Ciudad de La Habana", añade Saavedra.
DE PRIMER MUNDO
Lázaro Izquierdo y José Miguel Meneses son expertos domando
hierros. El suyo es un oficio bonito, no por gusto acumulan más de
25 años imponiendo sus voluntades a la del metal.
Ahora han tomado tubos gruesos para domeñarlos a base de fuego y
de la fuerza de las máquinas: con una dobladora los han llevado
hasta un ángulo de 90 grados; más tarde, con otra, a 180, todo en
caliente; luego les dan un estampado, en busca de ovalarlos; y al
final al horno, para que recuperen las propiedades iniciales.
Este trabajo de fabricar las llamadas curvas de radio crítico,
únicamente lo realizan Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y
Reino Unido. Para ambos mecánicos constituyó un reto, y la solución
para la Unidad Cuatro de la Central Termoeléctrica de Cienfuegos,
sometida a un proceso de modernización.
Su labor permitió cambiarle los sobrecalentadores de entrada y
salida, y los recalentadores. En el mercado internacional, el precio
de cada curva ascendería a más de 400 dólares, y necesitaban cientos
de estas; en la BCR costaron aproximadamente 250. Por si no bastara,
en el 2011 la termoeléctrica de la Perla del Sur modernizará la
Unidad Tres, de modo que la entidad capitalina les entregará los
elementos tubulares.
También las bocas de quemadores de unidades de 100 megawatt para
centrales termoeléctricas son realizaciones exclusivas de unos pocos
países del Primer Mundo, tanto que les imponen un precio casi
prohibitivo de 250 000 dólares.
Pero la CTE Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, pudo disponer de
unas similares, por un valor aproximado de 75 000 CUC, gracias al
ingenio de los trabajadores de la BCR, que ya acordaron entregarles
otras a ellos y a la termoeléctrica Máximo Gómez, ubicada en Mariel.
EN TODA CUBA
De no ser por el espíritu, compromiso y pericia de los obreros
del taller TECMA-PALMA, en el municipio santiaguero de Palma
Soriano, la termoeléctrica Antonio Guiteras, en Matanzas, estaría
fuera de servicio demasiado tiempo, sostiene Alberto Díaz,
especialista en Calderas.
"Trabajaron sábados, domingos, madrugadas... Racionalizaron los
materiales y realizaron una soldadura compleja, pero con calidad.
Nunca antes se habían fabricado en la Mayor de las Antillas tales
juntas de expansión para los conductos de la caldera; ellos son los
pioneros. Su esfuerzo garantiza que el mantenimiento capital a la
Guiteras pueda ejecutarse en el plazo previsto".
La ingeniera Norys Larramendys, especialista en Mantenimiento
Industrial, añade que las nuevas juntas han demostrado una calidad
óptima. "Y a la vez nos libran de emplear divisas en adquirir la
tecnología del fabricante francés".
Mientras, la Empresa de Mantenimiento radicadas en Nuevitas
produce conductos de escape para grupos electrógenos de 1,7 MW.
Terminaron 53, y este mes sumarán otros 25. La propuesta para el año
consiste en llegar a 200. Cada uno vale 18 000 euros allende los
mares; en cambio, unos 7 000 en esta unidad.
Es un mismo esmero que abarca todo el territorio nacional, pues
no solo les satisface cumplir el plan anual de sustitución de
importaciones, fijado en más de cuatro millones en divisas. En el
primer semestre llegaron a dos millones 500 000, y confían en
rebasarlo, en multiplicar piezas como las chimeneas, que sean tan
altas y cubanas como las palmas. |