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Guayabal encarrila mejor sus pasos
Pastor Batista Valdés
Guayabal no solo lo golpeó el huracán Paloma con su bestial
furia. Si los alrededor de 17 kilómetros que median entre ese puerto
marítimo y la cabecera municipal hablaran, seguramente darían cuenta
de años y décadas entre vicisitudes objetivas y subjetivas que
acabaron convirtiendo ese tramo de vía férrea en un verdadero riesgo
para la circulación de trenes, vagones y carros de línea.
De
la calidad con que sea repuesta cada traviesa dependerá la seguridad
en el importante ramal.
"Siete provincias exportan azúcar por aquí —comenta Leonardo
Alonso Galindo, jefe de vía en la Unidad de vías y puentes de Las
Tunas—, pero es indudable que las operaciones se han complicado en
los últimos tiempos por los peligros y la inseguridad. Las
locomotoras se han visto obligadas a avanzar muy despacio. Además de
lentitud, eso origina atrasos e irregularidades... "
En verdad, la situación económica del país no había permitido
realizar un adecuado mantenimiento.
Como resultado, miles de traviesas estaban rotas, flojas o
deterioradas, cinco obras de fábrica no ofrecían seguridad ante el
paso y el peso de los trenes; en algunos puntos los rieles
amenazaban con abrirse de un momento a otro...
No por casualidad a lo largo del año 2007 se reportaron allí 19
accidentes o incidentes, asociados de algún modo a la situación
antes mencionada.
El
que guarda y controla siempre tiene: muchos de estos rieles fueron
aprovechados de tramos sin uso hoy.
Por eso, al conocer acerca del proyecto de reparación, Jorge
Gómez López, Deuni Peláez Cutiño, Mario Cabrera y otros operadores y
reparadores con muchos años de experiencia mostraron su total e
incondicional disposición; de igual modo, los pobladores integrados
en los consejos de los barrios han apoyado estas labores.
EN LÍNEA CON EL MOMENTO
Por el grado de afectación (crítico en algunos casos) se hacía
necesaria la integración de fuerzas y medios. De lo contrario, no se
podría avanzar al ritmo deseado, mucho menos en medio de frecuentes
lluvias, sobre todo en los horarios de la tarde.
Lo
importante es que esos rieles garanticen total seguridad para las
instalaciones del Puerto de Guayabal.
Ello explica que, junto a dos brigadas de ese sector (ministerio
de transporte) intervengan otras dos formadas por ferrocarrileros de
la rama azucarera (antiguos responsables de la vía), jóvenes del
Ejército Juvenil del Trabajo, así como alrededor de 60 obreros
procedentes de la terminal de embarque de azúcar a granel asentada
en el puerto de Guayabal, cuya contribución se torna cada vez más
valiosa.
"La idea de sumarnos a estas labores de reparación ha sido
excelente —afirma Jorge Ruiz Ibáñez, jefe de turno en la terminal,
al frente hoy de una brigada— porque de lo contrario casi todos
estuviéramos en nuestras casas durante estos meses de inactividad
portuaria, cobrando una parte del salario sin hacer nada útil.
"Aquí, sin embargo —añade Orlando Padrón Benítez, director de
operaciones en esa misma entidad— aprovechamos el tiempo, aprendemos
algo nuevo, quitamos traviesas rotas, situamos las nuevas, aplicamos
la piedra o balastro, fijamos tornillos y le damos seguridad a esta
vía por donde ya los trenes prácticamente no podían circular a más
de diez kilómetros por hora ante el peligro de sufrir algún
accidente.
"Y lo más importante: después de esta experiencia nuestros
hombres están dispuestos a ir donde haga falta a hacer labores de
reparación o a limpiar las fajas laterales, tal y como hemos venido
haciendo en este tramo".
DEL LOBO... 4 600 VÉRTEBRAS
Directivos de ferrocarriles y del ministerio de transporte saben
que lo ideal sería "levantar" totalmente ese importante ramal y
"hacerlo nuevo" o realizar una reparación capital. Pero la situación
económica no lo permite así.
Por ello, técnicos, especialistas y obreros pusieron gran empeño
y capacidad desde el principio para determinar, metro a metro, dónde
darles el mejor y más eficiente uso a las 4 600 traviesas que el
país asignó, cuyo montaje está concluyendo por estos días.
Leonardo Alonso, a quien desde su niñez todos llaman Moncada,
prefiere no anticipar criterios. Pero su responsabilidad directa
allí, le permite afirmar que se labora de manera intensa para
concluir los trabajos con la calidad que demanda una obra así.
En función de ese propósito la nación ha situado cuantiosos
recursos, complementados por la voluntad territorial de rescatar y
sumar tornillos, presillas, platinas, rieles y todo cuanto lleve a
feliz término la ejecución del necesario proyecto.
Durante las últimas jornadas se ha tensado un poco la situación
en torno a la transportación del balastro (piedra) desde la cantera
ubicada en la zona de Las Parras, municipio de Majibacoa, dentro del
propio territorio.
La necesidad de esparcir aún unos 5 000 metros cúbicos de ese
material demanda la versatilidad e integración que ha caracterizado
a la provincia en situaciones y momentos similares.
Los tuneros saben que lo primordial en este momento es ejecutar
bien la reparación en cada metro de vía afectado, para que mañana no
se accidente un tren con tolvas o vagones repletos de azúcar, pero
también para que a la vuelta del tiempo "no se descarrile" ni un
solo centavo invertido ahora.
Hoy se avanza hacia la terminación del tramo que media entre
Amancio y Guayabal. ¿Quién niega que algún día, ojalá cercano, se
pueda hacer lo mismo en el ramal que conduce hacia la terminal
ubicada en el Puerto de Carúpano, al norte, cuyos rieles presentan
una situación no menos preocupante?
La decisión de concederle una preeminencia superior a la
transportación por ferrocarril no es un capricho de última hora. La
práctica demuestra que en las condiciones de Cuba esa es una
alternativa a la medida de cualquier tiempo actual y futuro. |