Alimento porcino sin tarjeta amarrilla

JUAN VARELA PÉREZ
juan.pvp@granma.cip.cu

Infinitas son las posibilidades que ofrece la agricultura en la alimentación porcina. Los residuos de cosechas y viandas no aptas para la comercialización pueden, bien utilizados, disminuir la importación de pienso.

Foto: Jorge Luis GonzálezLos residuos de cosechas no aptas para la comercialización son una importante vía de alimentación porcina.

Uno de los acuerdos de la Comisión uno del Congreso Campesino, efectuado el pasado mayo, fue incrementar la producción de carne de cerdo, sin elevar las compras de cereales en el exterior y por esa vía, reducir los subsidios. Bajo tal premisa, se busca fortalecer el ascenso que hoy tiene la firma de los convenios porcinos entre empresas y productores.

Estas producciones pueden asumirse según la capacidad y calidad de las instalaciones, y la disposición de cooperativistas, campesinos y familiares de ampliar el universo de la diversificación.

El llamado "alimento criollo" en el sostén de los animales fue practicado masivamente por los campesinos antes de 1959. El rescate de su producción que hoy se pretende, tiene como uno de sus objetivos desarrollar la carne porcina con el empleo de recursos generados por los propios campesinos.

Jorge Félix Romero, jefe de producción de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Waldo Díaz Fuentes, de Güira de Melena, asegura que "es más fácil esperar por lo que pueda venir de fuera y justificar así incumplimientos o demoras. Sin embargo, cualquier campesino sabe que en una hectárea vacía o intercalados con otros cultivos, pueden sembrarse soya, sorgo y millo y, a la vez, utilizar residuos de cosechas y viandas no aptas para el consumo".

Aunque ya el colectivo garantiza más del 40% del alimento y es una de las CPA incorporadas al Movimiento de la Producción Porcina que organizan y siguen de cerca la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y el Ministerio de la Agricultura, en ella se desarrolla un programa muy definido: asegurar en cualquier situación la comida para sus 110 animales y cumplir el plan anual cercano a las 20 toneladas de carne.

El convenio establece un peso promedio de kilogramos al entregarle el animal al productor y cada libra por encima de este, se paga a un precio mayor. Uno siente satisfacción, señala Romero, al saber que el alimento creado por nosotros, con igual cantidad de cabezas, aporta más carne y mejora el ingreso individual.

La Waldo Díaz Fuentes, creada para producir cultivos varios en abril de 1982, padeció hasta el 2003 una profunda crisis que la colocó al borde de la desintegración. A partir del 2005, tras reordenarse el equipo de dirección e introducirse cambios y métodos en el estilo de trabajo, comenzaron a mostrar resultados favorables y hoy laboran para transformarse en una fuerte productora de carne de cerdo, de carnero, de ganado mayor, de aves de corral y sumarse pronto a la ceba de toros.

Todos los incorporados a este movimiento, y Miguel Pita, técnico de nivel medio en veterinaria, no es la excepción, elogian el popular y muy extendido "yogur", apetecido por los animales y aunque cumplen el patrón orientado por los especialistas, "sobre la marcha hemos aprendido a cuidar, especialmente, el tiempo de fermentación de este proceso devenido indiscutible soporte alimentario del porcino", precisa Pita.

Un recorrido por la CPA demuestra que si se labora con inteligencia, todos los días se aprende algo. Allí nunca habían cosechado soya y ahora todo visitante admira el vigor de esa plantación y los rendimientos que se pronostican.

Otras de las satisfacciones son el estado de las conocidas "puercas madre" y la belleza de esos ejemplares, al igual que los cerdos del sistema de preceba. Estos, urgidos de un tratamiento diferenciado, llegan con un peso que oscila entre 18 y 22 kilogramos y a los cinco meses deben venderlos a la empresa con 85 o 90 kilogramos.

Convertirlo en realidad no es empeño fácil ni obra de la casualidad. Un cooperativista dijo en la despedida: "Derrotemos a los teóricos de parques y esquinas, miremos más para el pienso criollo y evitemos que por un mal trabajo nos saquen tarjeta amarilla".

 

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