A
los 84 años de edad dejó de existir este último martes el reconocido
y popular compositor Rolando Vergara, autor de una de las canciones
que identifican a la capital cubana.
Hermosa Habana, en el estilo inconfundible de Los Zafiros, ha
devenido canto de amor a la ciudad, asumido por varias generaciones.
Nacido en La Habana el 19 de febrero de 1926, desde muy joven
Vergara sintió inquietudes musicales que lo llevaron a hacer sus
primeras composiciones y a interpretar tonadas y guajiras en
guateques, mientras se ganaba la vida con el oficio de cristalero.
Tuvo el privilegio de ser descubierto por grandes figuras de la
música cubana, como Beny Moré, que le grabó en 1958 No lo dejes
para luego y la Aragón con El baile de Chana.
Pero fue con Los Zafiros que alcanzó la cúspide, al aportar a su
repertorio, además de la citada Hermosa Habana, otros temas
trascendentes como La nada, nada inspira, He venido,
Rumba como quiera y Se acabaron las penas.
En los últimos tiempos, figuras jóvenes siguieron solicitándole
composiciones; tal es el caso de Niurka Reyes, que popularizó El
baile del caracol.