Los espectadores que asistieron por estos días a los espectáculos
de Yoruba Andabo en Minas Gerais sintieron las rumbas y los toques
del conjunto folclórico cubano como si desde siempre hubieran
circulado por su sangre.
Cantos y danzas llevados hasta ese estado brasileño por una de
las más consistentes agrupaciones de su género en Cuba, fueron
coreados y bailados en diversas locaciones, y de manera muy especial
en el Centro Cultural de la Plaza de la Estación, en Belo Horizonte,
al cierre del Segundo Congreso de Cultura Yoruba, y en el espacio
Estudio B, donde por hora y media protagonizaron una velada titulada
A noite cubana.
Como es habitual en sus presentaciones, Yoruba Andabo dedicó una
primera parte de sus espectáculos a mostrar el repertorio ritual de
origen yoruba, según fue asimilado por los descendientes de los
esclavos pertenecientes a esa etnia africana, y luego desarrolló las
diversas variantes de la rumba.
Los músicos y bailarines, liderados por Giovanni del Pino, se
llevaron menuda sorpresa al confrontar su arte con el de la
agrupación del Mestre Conga.
A los 80 años de edad, José Luiz Lorenzo, Mestre Conga, ha
cultivado por décadas la samba, impregnándola con las figuraciones
de la conga cubana.
Como nunca ocultó esa influencia, durante los años de la
dictadura su conjunto estuvo prohibido, pues, como recordó él mismo,
"lo cubano era una mala palabra".
Yoruba Andabo también compartió experiencias con la Compañía
Primitiva de Danza Negra, la batería del Mastro Pepe y la Roda de
Capoeira da Acesa.