Varias instituciones científicas y económicas de la región cubana
más oriental estudian los residuales de medio centenar de focos
contaminantes, que afectan a la bahía de Guantánamo, una de las
mayores de bolsa en el mundo.
Entre esas entidades figura el Centro de Aplicación de
Tecnologías para el Desarrollo Sostenible, la Unidad Provincial de
Medio Ambiente, el Centro de Desarrollo de la Montaña y el
Laboratorio de la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos.
Agrupados principalmente en la delegación del Ministerio de
Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, los científicos investigan las
propiedades físicas, químicas y biológicas de esos efluentes
vertidos en los ríos Guantánamo y Guaso, los cuales desaguan en la
citada rada, otrora una de las menos polucionadas de la Isla.
Integrantes de una de las 10 cuencas priorizadas para su
conservación por el país, ambas corrientes fluviales se perjudican
con los remanentes de ingenios azucareros y plantas beneficiadoras
de café.
Acogen además, los detritus humanos de Manuel Tames, Caimanera,
la Yaya y la capital del Alto Oriente cubano.
Pero mientras las fábricas de crudos y despulpadoras del
aromático grano sólo contaminan el entorno durante cuatro meses como
promedio, los desechos de aquellos núcleos urbanos se vierten sin
cesar en los ríos, explicó a la AIN el Máster en Ciencias Mario
Montero.
Este experto en materia ambiental dijo que esos centros
convierten sus residuales sólidos en materia orgánica destinada a
sus respectivas plantaciones, y cuentan con plantas de tratamiento
para parte de los líquidos, pero arrojan el resto de estos efluentes
al medio acuático.
El programa determina semestralmente la calidad de las aguas y
evalúa las consecuencias negativas que sobre el entorno costero
pudieron tener varias obras constructivas, como el dique para
proteger de las avenidas del río Guantánamo a las salinas y el
poblado de Caimanera.
Esa inversión se concluyó a mediados de la década de los 80 y
trajo consigo la disminución de nutrientes necesarios a las especies
marinas y el ascenso de la temperatura en la bahía, al exigir el
cierre del llamado brazo Borrero, tributario del río Guantánamo.