El gobierno boliviano ratificó la lucha frontal contra el
contrabando y adelantó entre las medidas a la Ley General de
Aduanas, que actualmente se debate en el Legislativo, reporta Prensa
Latina.
En diálogo con la prensa, el presidente interino, Álvaro García
-debido al viaje de Evo Morales a la Cumbre de MERCOSUR en
Argentina-, señaló que esa norma afectará a los magnates del
comercio ilegal y no a simples miembros de ese gremio.
Al respecto estimó innecesarias las marchas de comerciantes de
varias regiones de La Paz y de Oruro que mantienen colapsado el
tráfico vehicular y principales accesos a la sede de gobierno.
También señaló la necesidad de acabar con el contrabando que
desangra al Estado y que atenta contra las políticas sociales en
beneficio de la población más empobrecida.
Según estadísticas oficiales, la economía boliviana deja de
percibir cada año unos 375 millones de dólares a consecuencia de las
evasiones tributarias del contrabando.
García afirmó que el país no puede capitular ante ese flagelo,
porque es rendirse ante un "puñado de pulpos, que se quedan con el
dinero que debe ir al Estado", remarcó.
Insistió en que la nueva Ley de Aduanas es buena para el país, el
Estado, el pueblo y el comerciante, y es rechazada únicamente por
los "grandes contrabandistas".
Asimismo explicó la importancia del pago de los impuestos, fondos
que permiten brindar ayudas económicas en forma de bonos que
actualmente reciben escolares, ancianos y mujeres embarazadas.
Antes, el Ejecutivo anunció que reforzaría la presencia militar
en zonas limítrofes con Perú y Chile y un programa de modernización
de los puestos fronterizos y aduanales en todo el territorio
nacional.