Muy
acertada fue la iniciativa del Centro Provincial del Libro y la
Literatura al convocar, para un conversatorio por los 10 años de la
Editorial Extramuros, a fundadores, especialistas, editores y
autores que han disfrutado las ventajas que la maquinaria Riso
proporcionara al mundo de los libros y cuya irrupción en el país
marcó un hito decisivo en la materialización de estas instituciones
del sistema de ediciones territoriales, creado por iniciativa del
Comandante en Jefe Fidel Castro.
Con el fin de celebrar uno de los fenómenos más importantes en la
cultura cubana —y crucial en su literatura—, el Centro Cultural
Literario Habana acogió a sus invitados en un encuentro en el que
fluyeron criterios e impresiones del balance de toda una ardua
década que tiene un entrañable significado.
Durante el intercambio verdaderamente enriquecedor muchos
convinieron en el prestigio que se ha ganado Extramuros con un
trabajo que apunta cada vez más hacia la calidad, tanto en materia
de textos como en el trabajo de edición. Se destacó cómo en la
editorial de la capital quieren publicar sus obras, además de los
noveles, escritores de renombre, que la honran con sus títulos.
El diálogo apuntó también a críticas y recomendaciones.
Particular énfasis recayó en la labor que debe hacerse a partir de
los catálogos para impregnar al libro su doble carácter de objeto
cultural y comercial.
Aun cuando la editorial cuenta con una página web bien
actualizada, en el tema de promoción hay mucho por hacer. Debe
ganarse espacios en los municipios para hacer presentaciones y dar a
conocer las obras de sus escritores.
Se refirieron, además, a dificultades con el diseño y a la
independencia que debe ganar la editorial en cuanto a defender
determinados títulos. Se recomendó fortalecer el vínculo
editor-promotor, así como la revisión de las colecciones para ver
cuáles deben mantenerse y cuáles deben surgir.
Aunque no todos los temas que previamente había concebido Arnaldo
Muñoz Viquillón, director de Extramuros, pudieron ser abordados, el
profuso intercambio tomó el curso natural de lo espontáneo pero
lleno de argumentos sólidos a partir de la experiencia.
"Lo positivo —apuntó Raisa del Campo, directora del Centro
Provincial del Libro y la Literatura— hay que mantenerlo, y para lo
que falta por hacer, hay que trabajar."