Al presentar el Informe regional sobre desarrollo humano para
América Latina y el Caribe 2010, los economistas Luis Felipe López
Calva e Isidro Soloaga coincidieron en que la desigualdad ha
resultado relativamente "impermeable" a las políticas públicas
establecidas en la región durante los últimos 50 años.
En una videoconferencia desde Costa Rica en las oficinas del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México (PNUD),
detallaron que las mujeres jóvenes e indígenas o afro- descendientes
son quienes presentan condiciones más desfavorables en la zona.
López Calva señaló que en América Latina hay diez de los 15
países más desiguales en el mundo, y que el coeficiente de
desigualdad en la región es de 65% contra 36% de Asia menor y 18% de
África.
A su vez Isidro Soloaga aseveró que reducir la pobreza no
resuelve del todo la desigualdad, pues esta debe combatir las
diferencias en educación, salud y acceso a empleos decentes y bien
remunerados.
Recordó lo que señala el informe en el sentido de que "ser mujer
indígena o afrodescendiente en América Latina y el Caribe es
sinónimo de padecer mayor desigualdad".
Según el documento, las mujeres en la región siguen obteniendo
empleos menos remunerados que los hombres, incluso con calificación
profesional similar, ocupan más proporción en la economía informal y
trabajan hasta dos horas y media más que los varones.