El timonel del Cubanacán

Freddy Pérez Cabrera

Que una persona se mantenga durante 30 años consecutivos al frente de un colectivo obrero, si no es récord, constituye un buen average. Esa es la historia de Jesús González Triana, un hombre que, a pesar de sus 72 años, aún permanece aferrado al timón de la Unidad Empresarial de Base Benito Ramírez, de Camajuaní, más conocido como Combinado Cubanacán, productor de los famosos rones Decano, Arecha y Vodka, entre otros.

Mas, el problema no ha sido llegar, si no la forma en que lo ha hecho. En los últimos 35 años esa industria villaclareña ha cumplido sus planes productivos con excelentes indicadores de calidad y eficiencia, una de las razones que ha motivado el reconocimiento, por 27 años consecutivos, como colectivo Vanguardia Nacional del Sindicato de la Industria Alimenticia y la Pesca, un mérito que solo ellos ostentan en el país en ese gremio.

Foto del autorJesús González Triana lleva tres décadas al frente de un colectivo obrero.

Hace poco él recordaba que siendo un niño deambulaba descalzo por los exteriores de la industria, en busca de alguna botella que luego pudiera cambiar en la tienda más cercana por cualquier golosina, una forma de contribuir al sostén de su humilde familia. Tal vez de ahí provenga el amor que siente por ese centro, al cual ha dedicado toda una vida.

Fue en 1975 cuando Jesús se incorporó a laborar como obrero en la fábrica. Luego pasó a ocupar la plaza de jefe de producción y al poco tiempo, por la responsabilidad mostrada en el cumplimiento del deber y el liderazgo para guiar al resto de los trabajadores, era designado al frente del combinado, responsabilidad que ha mantenido hasta hoy.

Su autoridad no tiene nada que ver con la imposición de medidas disciplinarias —aunque cuando ha sido necesario las ha aplicado—, ni por alzar la voz más allá de lo normal, si no que es fruto de la ejemplaridad mostrada a través de los años.

El viejo Pancho, ya desaparecido, siempre recordaba cómo Jesús, sin haberse repuesto de un accidente automovilístico, cortó caña durante los años 70 apoyado en una muleta. "Nunca pide un esfuerzo que él no sea capaz de realizar primero", decía el trabajador al referirse a su jefe.

En una fábrica que suma más de 100 años, el movimiento innovador ha constituido un baluarte importantísimo que ha permitido mantenerla funcionando. En ese sentido, González Triana es un puntal, refiere Ernesto Carballo, el secretario del sindicato del Combinado Cubanacán, quien sostiene que con solo rozar una máquina ya sabe cuál es el desperfecto.

La última locura del "viejo", como le dice Enrique Fleites a Jesús, es aparecerse por estos días en la fábrica, a solo una semana de haber sido operado de una rodilla. Como no podía subir la escalera que conduce a su oficina, se plantó en la enfermería y desde allí domina el proceso productivo, expresa el secretario del Partido en la industria productora de los gustados rones villaclareños.

De hombres como Jesús González Triana, son de los que habló el Che al referirse a los cuadros, que no se andan con fanfarrias y se comunican con el lenguaje del ejemplo y los resultados productivos.

 

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