Afganistán
Donantes y corrupción se dan la mano
ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
elson.cp@granma.cip.cu
Comenzó y concluyó el mismo día en Kabul la llamada Conferencia
Internacional de Donantes "comprometidos" con la reconstrucción de
Afganistán. La cita, que contó entre otros con la presencia del
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la secretaria de Estado
norteamericana, Hillary Clinton, duró solo una jornada y sus
"acuerdos" no pudieron ser más endebles: que el ejército afgano se
encargue del control del país a finales del 2014 y que los
"donantes" entreguen el 50% de la ayuda prometida para levantar lo
que destruyeron invasores y ocupantes.
¿Dónde
está el dinero de la reconstrucción? La población civil es la más
perjudicada con la guerra impuesta por Estados Unidos.
Qué más se podría esperar en un país donde, con patente Made in
USA, predomina una corrupción galopante que pone en duda cualquier
iniciativa de nuevos aportes monetarios.
Según una reciente información del diario The Wall Street Journal,
más de 3 000 millones de dólares de los que debían usarse en la
reconstrucción, han salido del aeropuerto internacional de Kabul
solo desde el año 2006.
Al respecto, Abdullah Abdullah, ex ministro de Asuntos Exteriores
de la nación asiática, ha asegurado que por cada 100 000 dólares
prometidos para la reconstrucción, menos de un tercio llega al país.
Sobre el tema se opina cada día y, por ejemplo, Matt Waldman,
encargado de la política con ese Estado en la ONG Oxfam, describió
en el rotativo The Guardian que "EE.UU. es un barril sin fondo en
Afganistán", pero "como en Iraq, una gran parte de la ayuda está
perdida". Y señaló que la mitad de esa asistencia pasa a manos de
los cinco contratistas norteamericanos más grandes del país.
A la hora de describir tal corrupción, el propio Waldman
argumentó que demasiado dinero se pierde en altos sueldos y gastos
de vida de los expertos internacionales, en la compra de recursos no
afganos y en beneficios corporativos; y calcula en por lo menos
medio millón de dólares el costo anual de un especialista, por
supuesto estadounidense, de los que abundan en tierra afgana.
Para no perder la costumbre, la Agencia Internacional de
Desarrollo de los Estados Unidos (USAID) es la máxima implicada en
usar los fondos destinados a la reconstrucción de Afganistán, para
pagar a sobreprecio trabajos mal hechos por expertos y empresas
estadounidenses que contrata.
El mecanismo creado por los mismos representantes del gobierno
que invadió y ocupa el suelo afgano, permite que el 70% de la ayuda
destinada a la nación asiática vuelva a los bancos y empresas
norteamericanas, ya que se utiliza en comprar productos y servicios
con etiqueta Made in USA.
EL MAL CRECE CADA DÍA
Según reportes de la agencia alemana DPA, la corrupción en
Afganistán se ha duplicado desde el 2007 y cada vez más es percibida
como un gran problema por la población local, de acuerdo con un
sondeo publicado recientemente en Kabul.
Este fenómeno, con factura yanki, se extiende con igual o mayor
fuerza que la droga y paralelo a la violencia creciente debido a la
ocupación del país por fuerzas norteamericanas y de la OTAN.
Como ingredientes para una situación tan compleja, recordemos que
las principales autoridades de esa nación han sido impuestas o
"sugeridas" por el mando estadounidense.
Se evidencia, sin lugar a dudas, que el llamado "orden" llevado
por las tropas foráneas se concreta en la expansión generalizada de
la corrupción, cuyas víctimas son las mismas que sufren los ataques
aéreos contra la población civil.
En el ámbito exterior, quienes se apoderaron de esa empobrecida
nación, tratan de limpiar sus caras culpando a las autoridades de
las áreas rurales de ser los máximos responsables de la ascendente
corrupción.
¿Cuántas de estas desgracias podrían mitigarse con una parte de
los 14 000 millones de dólares que gasta la OTAN en la usurpación
del territorio afgano?
Y si faltara algo, me remito al sitio Rebelión donde se escribe
que entre los funcionarios de altos cargos que mandan al extranjero
el dinero recibido como ayuda internacional figura Mahmud Karzai, el
hermano del presidente afgano Hamid Karzai, que también tiene
nacionalidad estadounidense... |