El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, inauguró en
Montecristi, provincia de Manabí, la III Asamblea Mundial de
Regiones, donde participan unos 300 invitados entre gobernadores,
prefectos e intendentes de 22 países.
Esta Asamblea es desarrollada por la Organización Latinoamericana
de Gobiernos Intermedios (Olagi), y junto a Correa estuvieron en su
inauguración el Canciller Ricardo Patiño y otras autoridades
nacionales, quienes se mostraron contentos por ser Manabí sede del
importante evento, reporta Prensa Latina.
Correa explicó en su discurso el proceso de conformación de
Regiones y el modelo de Organización Territorial y descentralización
del Estado ecuatoriano, plasmado en la Constitución, pero el cual,
aseguró, aún se está perfeccionando en diferentes Leyes y políticas.
Calificó la situación del país al asumir el gobierno en 2007 como
un verdadero desastre, un Estado Nacional que no cumplía sus roles,
mientras los Gobiernos autónomos descentralizados muchas veces
tenían que sufrir el rol de ese "Estado desertor".
"Hemos tratado de solucionar (esa situación) con políticas
públicas, básicamente con la nueva Constitución y con las leyes que
se están elaborando para el efecto", agregó.
La actual Constitución establece la conformación de regiones,
apuntó el Mandatario y recalcó "eso corresponde a la visión mínima
del Estado, de querer recuperar y fortalecer sus capacidades
institucionales, con la consolidación de los niveles de gobierno."
Aclaró que esa medida no trata de desaparecer al Estado, sino de
dar mejores respuestas hacia los ciudadanos, y para ello es
necesario descentralizar y dar adecuadas autonomías.
"En el país antes se hacía todo en base a la voluntad del
Presidente y sus ministros y con esto los recursos del Estado
servían como instrumento de opresión política; pero hoy tenemos
reglas claras, descentralizadas, solidarias para todas y todos",
dijo Correa.
También resaltó el acierto de convertir el Banco del Estado en el
Banco de los Gobiernos locales, pues con ello se dejan de lado "las
romerías" que tenían que hacer las autoridades municipales para
encontrar financiamiento a sus necesidades.
"La nueva institucionalidad del Estado procura el desarrollo
equilibrado de todos los territorios, mediante un impulso a los
niveles regionales", manifestó finalmente Correa.