Los primeros que saldrán a la palestra serán los de menor edad
—hasta 18 años—, después de haber cumplido una etapa de preparación
de varias semanas, haciendo hincapié en los aspectos técnicos,
deficitarios en este nivel, cuando aún falta la experiencia
suficiente, mucho más en un deporte tan complejo como el béisbol.
Fueron en total 12 partidos de preparación, tres de ellos frente
a la fuerte escuadra universitaria y nueve, ante jugadores de la
Academia Provincial de Ciudad de La Habana. Les vino como anillo al
dedo para redondear una alineación donde el centro pudiera estar
ocupado por el pinero Andy Ibáñez como tercero, Jorge Carlos Soler (HAB)
en el cuarto turno y, detrás, otro habanero, Yaisel Balaguer o el
santiaguero Gelkis Jiménez, un jugador de mucha fuerza.
Casualmente, 12 son los juegos efectuados hasta el momento por
uno de los aspirantes de fuerza a medalla, Estados Unidos, con
balance de 11 éxitos y un revés, ante equipos colegiales y dos
frente a la escuadra canadiense, estos dos últimos con triunfo de
7-3 y derrota de 3-4.
Sobresalen en el plantel norteño el inicialista y quinto en la
alineación, Blake Swihart, quien promedia 480, secundado por el
jardinero izquierdo Brian Ragira, sobresaliente no solo por su
promedio sino por ser el líder impulsador de la selección, con 11.
El aspecto más destacado de los norteamericanos es su pitcheo,
con 1,71 de promedio colectivo en 100 entradas lanzadas y 131
ponches propinados. Dos de los más destacados son John Simas, con 20
estrucados en 15 entradas y 1,80, además de A. J. Vanegas, 19
ponches en 15 y un tercio y 1,76. Ambos son derechos, con buena
estatura y rectas por encima de las 92 millas. Serán ellos, junto a
los cubanos, dos de los elencos que tendrán mayores posibilidades de
ganar la medalla de oro.