El presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón,
exigió el cumplimiento de los objetivos del Milenio, el desarme
general y completo, y la cooperación internacional para el
desarrollo, reporta Prensa Latina.
Durante la Tercera Conferencia Mundial de Presidentes de
Parlamentos, con sede en esta ciudad hasta pasado mañana, Alarcón
demandó que los ideales de la Carta y las Resoluciones de la
Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas no sean letra
muerta.
Cesen el hostigamiento y las amenazas contra Irán y la República
Popular Democrática de Corea, hágase justicia al pueblo palestino y
a su derecho inalienable a la independencia, póngase fin a la
ocupación colonial de Puerto Rico y del Sahara occidental, pidió.
También abogó por la inmediata y sin condiciones liberación de
los cinco prisioneros cubanos en cárceles norteamericanas, hace casi
12 años, por oponerse al terrorismo que Washington promueve contra
su país.
Alarcón solicitó que se democraticen las relaciones entre los
Estados y al interior de ellos, y que los programas supuestamente
concebidos para paliar la crisis económica no sean pactados en
secreto con los culpables sino discutidos y acordados abiertamente
con sus víctimas, los trabajadores y los pueblos.
Perfeccionemos nuestro trabajo parlamentario, pero,sobre todo,
preocupémonos por abrir sus puertas y ventanas, busquemos al pueblo,
a los sindicatos, a los campesinos, a los jóvenes, que ellos y
ellas, todos, opinen, legislen, decidan, instó.
Parlamentarizar la sociedad, añadió, es el único modo de realizar
la democracia devolviendo al pueblo la soberanía.
El líder del Parlamento cubano recordó que se encara una crisis
profunda abarcadora de todos los aspectos de la realidad, proliferan
las guerras insensatas, se acelera la destrucción del medio
ambiente, y aumentan quienes padecen hambre, ignorancia y
enfermedades evitables.
Todo eso, enfatizó, resulta consecuencia de un sistema
internacional injusto sometido a la codicia y el egoísmo de unos
pocos.
El ser humano es una especie en peligro de extinción en un
planeta en el cual han muerto ya miles de ellas, afirmó Alarcón, y
preguntó cómo detener esa carrera demencial que a todos llevará al
abismo.
La única salvación posible, nuestro último recurso, es la
democracia, dijo antes de sostener que no nos engañemos, mucho menos
aquí donde la gran verdad fue proclamada desde el primer día.