Actualizado 4:45 p.m., hora local

Líder parlamentario cubano exige desarme total
y cooperación mundial

El presidente de la Asamblea Nacional de Cuba, Ricardo Alarcón, exigió el cumplimiento de los objetivos del Milenio, el desarme general y completo, y la cooperación internacional para el desarrollo, reporta Prensa Latina.

Durante la Tercera Conferencia Mundial de Presidentes de Parlamentos, con sede en esta ciudad hasta pasado mañana, Alarcón demandó que los ideales de la Carta y las Resoluciones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas no sean letra muerta.

Cesen el hostigamiento y las amenazas contra Irán y la República Popular Democrática de Corea, hágase justicia al pueblo palestino y a su derecho inalienable a la independencia, póngase fin a la ocupación colonial de Puerto Rico y del Sahara occidental, pidió.

También abogó por la inmediata y sin condiciones liberación de los cinco prisioneros cubanos en cárceles norteamericanas, hace casi 12 años, por oponerse al terrorismo que Washington promueve contra su país.

Alarcón solicitó que se democraticen las relaciones entre los Estados y al interior de ellos, y que los programas supuestamente concebidos para paliar la crisis económica no sean pactados en secreto con los culpables sino discutidos y acordados abiertamente con sus víctimas, los trabajadores y los pueblos.

Perfeccionemos nuestro trabajo parlamentario, pero,sobre todo, preocupémonos por abrir sus puertas y ventanas, busquemos al pueblo, a los sindicatos, a los campesinos, a los jóvenes, que ellos y ellas, todos, opinen, legislen, decidan, instó.

Parlamentarizar la sociedad, añadió, es el único modo de realizar la democracia devolviendo al pueblo la soberanía.

El líder del Parlamento cubano recordó que se encara una crisis profunda abarcadora de todos los aspectos de la realidad, proliferan las guerras insensatas, se acelera la destrucción del medio ambiente, y aumentan quienes padecen hambre, ignorancia y enfermedades evitables.

Todo eso, enfatizó, resulta consecuencia de un sistema internacional injusto sometido a la codicia y el egoísmo de unos pocos.

El ser humano es una especie en peligro de extinción en un planeta en el cual han muerto ya miles de ellas, afirmó Alarcón, y preguntó cómo detener esa carrera demencial que a todos llevará al abismo.

La única salvación posible, nuestro último recurso, es la democracia, dijo antes de sostener que no nos engañemos, mucho menos aquí donde la gran verdad fue proclamada desde el primer día.

 

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