El intenso calor que afecta este lunes a Moscú y las regiones
centrales de Rusia podría continuar hasta finales de agosto con
temperaturas incluso de 38 grados, mientras crece la alarma por la
sequía, reporta Prensa Latina.
Con el deterioro de la situación ambiental, expertos
meteorológicos alertaron que los termómetros podrían registrar este
verano récords para este país, de 35 a 38 grados.
Unido a ello, el gobierno anunció un plan de medidas para mitigar
los daños de la sequía en la agricultura, principalmente en las
siembras de grano.
El viceministro de Desarrollo Económico Andrei Klepach advirtió
este lunes que las graves condiciones climáticas podrían provocar un
salto inesperado de la inflación.
Si la cosecha resulta por debajo de los 80-85 millones de
toneladas, el fenómeno se reflejará en una subida de los precios
desde septiembre, pronosticó el funcionario ruso.
El presidente de la Unión del Grano Arkadi Zlochevski aseguró que
la sequía no afectará el costo del pan, pero una baja en la cosecha
se reflejará en los costes de la producción ganadera.
Las regiones del Volga, al sur de los Urales y la parte europea
de la Federación de Rusia continúan bajo los efectos de una ola de
calor por encima de 30 grados.
Hasta la fecha un total de 17 provincias incluidas repúblicas
autónomas- se declararon en estado de emergencia climatológica por
la sequía.
De acuerdo con los pronósticos, en Moscú se esperan 32-33 grados
con escasas posibilidades de precipitaciones aisladas a intervalos.
Este fin de semana la temperatura ambiental se calentó en la capital
con 35 grados Celsius, la más alta aquí en los últimos 59 años.
El centro Meteorológico capitalino alertó sobre un empeoramiento
de la situación ecológica y respiratoria debido a que el viento
arrastra en dirección a la ciudad columnas de humo procedente de la
provincia aledaña.
Según las observaciones de investigadores en Estados Unidos, en
general el mes de junio ha sido el más caliente en la Tierra en toda
la historia de las mediciones.