En solemne ceremonia en Palacio Quemado en ocasión del aniversario 30 de la asonada de Luis García Meza, en 1980; y el asesinato y desaparición de activistas sociales como Marcelo Quiroga Santa Cruz, el dignatario aseveró que esa lucha no fue en vano.

Morales llamó a que en las Universidades se hagan conferencias y talleres sobre las últimas dos décadas de gobiernos neoliberales, una forma, dijo, de profundizar en los conocimientos de la historia.

También se refirió a la censura de prensa que imponían los regímenes dictatoriales, para acallar a los desposeídos.

Ante varios ministros, algunos de ellos víctimas de las dictaduras como Nila Heredia (Salud y Deportes) y Walter Delgadillo (Obras Públicas), familiares de mártires y organizaciones sociales, Morales condenó a las fuerzas opositoras que quisieron derrocarlo en 2008 mediante un golpe de Estado cívico para volver al pasado.

Los mismos adversarios de siempre, en su criterio, ahora obstaculizan la aprobación y promulgación de una Ley Marco de Autonomías y Descentralización, que permitirá la implementación de la nueva Constitución Política del Estado, vigente desde febrero de 2009.

En el acto, el ministro de Minería, José Pimentel, autor de varios libros sobre la resistencia a las dictaduras militares, recordó que la impronta del triunfo de la Revolución cubana, en 1959, con su mensaje de dignidad, justicia y soberanía, llevó al imperio de Estados Unidos a impulsar asonadas en varias naciones de América Latina, para tratar de ahogar esos ideales y principios.

Pimentel recordó que en Bolivia se puso de moda el llamado Decreto ley para enterrar la democracia, la libertad de expresión, apropiarse de los recursos naturales, exiliar a los líderes sociales, enriquecerse con los bienes del pueblo, entre ellos la tierra, y colocar a coroneles al frente de Universidades y del Estado.

La autoridad evocó a mártires de la resistencia como el intelectual Marcelo Quiroga Santa Cruz, el obrero Carlos Flores, el minero Gualberto Vega, el campesino Chenaro Flores y el religioso Luis Espinal.

A su turno, Isabel Mena, viuda de Gualberto Vega, pidió al presidente Morales hacer justicia y castigar a los responsables de las desapariciones forzadas y los asesinatos en los regímenes dictatoriales.