Aplomo contra el agresor

Pastor Batista Valdés

Si alguno queda para hacer el cuento (o para ser cambiado por compotas, ¿"remember" Girón?) difícilmente acepte la naturalidad con que todo sucedió, pero "quien" puso sobre aviso al avispero bien pudo ser el vuelo de aquella paloma, desde las manos de un campesino, o quizás el mismo hombre que "chapeaba" a la vera del camino, el que permanecía oculto entre las ramas de un frondoso árbol, el que pastoreaba reses...  Sí, pero ¿cuál de ellos? Ese es el dilema.

Lo cierto es que cuando "mejor" se tornaba el avance para el supuesto agresor, comenzó una inesperada "sinfonía de plomos y plomazos", capaz de pararle los pelos (y el impulso) a quien no esté claro de qué ideas peina.

Foto del autorEn el más insospechado lugar puede suceder esto.

Sorpresiva, relampagueante, precisa y efectiva, la emboscada no había sido planificada por fuerzas regulares, como las que a esa misma hora actuaban en otros puntos de la geografía, sino por integrantes de las Milicias de Tropas Territoriales en cooperación con Brigadas de Producción y Defensa, aptos desde tiempos de paz para operar sobre las fuerzas y medios del enemigo, desgastarlo, causarle bajas, desalentarlo, impedir la consecución de sus propósitos, derrotarlo.

"Es lo menos que podría sucederle a quienes intenten avanzar sobre la ciudad para tomarla o destruirla", dice con voz suave pero resuelta la capitana Yoandra Díaz Ventura, satisfecha de tener bajo su mando a una verdadera hornada de muchachos jóvenes y también a otros de más edad y experiencia, todos con excelente preparación para la defensa y no menos salud desde el fondo de sus principios.

Son —explica— los mismos que cumplieron su servicio militar en distintas unidades, los que después se han adiestrado por diferentes vías según la doctrina de Guerra de Todo el Pueblo, y también los que ahora han permanecido durante varias jornadas en campaña, realizando largas caminatas, preparando y ocupando bases combativas y aplicando, en fin, lo aprendido en tiro, táctica, exploración, preparación ingeniera, sanitaria y otras disciplinas vitales para lograr la cohesión en el combate y el éxito final de las misiones.

Ojalá Edelmidio Caballero, Yanisel Carmenate, Joan Díaz, Nelson Ruz y todos los que participan en esta maniobra 50 aniversario del Ejército Oriental, estuvieran en este instante en sus puestos de producción.

Mejor sería también, poder dedicar a otros fines los medios y recursos que han intervenido en las diferentes dinámicas o episodios. Pero como meditó desde la montura de su caballo el ganadero Pedro Armando, porque lo aprendió un día y jamás lo ha olvidado: "la mejor guerra es la que se evita, y el mejor modo de evitarla es preparándonos con todos los hierros para ganarla, si viene".

 

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