Sorpresiva, relampagueante, precisa y efectiva, la emboscada no
había sido planificada por fuerzas regulares, como las que a esa
misma hora actuaban en otros puntos de la geografía, sino por
integrantes de las Milicias de Tropas Territoriales en cooperación
con Brigadas de Producción y Defensa, aptos desde tiempos de paz
para operar sobre las fuerzas y medios del enemigo, desgastarlo,
causarle bajas, desalentarlo, impedir la consecución de sus
propósitos, derrotarlo.
"Es lo menos que podría sucederle a quienes intenten avanzar
sobre la ciudad para tomarla o destruirla", dice con voz suave pero
resuelta la capitana Yoandra Díaz Ventura, satisfecha de tener bajo
su mando a una verdadera hornada de muchachos jóvenes y también a
otros de más edad y experiencia, todos con excelente preparación
para la defensa y no menos salud desde el fondo de sus principios.
Son —explica— los mismos que cumplieron su servicio militar en
distintas unidades, los que después se han adiestrado por diferentes
vías según la doctrina de Guerra de Todo el Pueblo, y también los
que ahora han permanecido durante varias jornadas en campaña,
realizando largas caminatas, preparando y ocupando bases combativas
y aplicando, en fin, lo aprendido en tiro, táctica, exploración,
preparación ingeniera, sanitaria y otras disciplinas vitales para
lograr la cohesión en el combate y el éxito final de las misiones.
Ojalá Edelmidio Caballero, Yanisel Carmenate, Joan Díaz, Nelson
Ruz y todos los que participan en esta maniobra 50 aniversario del
Ejército Oriental, estuvieran en este instante en sus puestos de
producción.
Mejor sería también, poder dedicar a otros fines los medios y
recursos que han intervenido en las diferentes dinámicas o
episodios. Pero como meditó desde la montura de su caballo el
ganadero Pedro Armando, porque lo aprendió un día y jamás lo ha
olvidado: "la mejor guerra es la que se evita, y el mejor modo de
evitarla es preparándonos con todos los hierros para ganarla, si
viene".