A 27 muertos y más de 100 heridos ascendió la cifra de víctimas
por un atentado perpetrado en la ciudad de Zahedán, sureste de Irán,
reivindicado por el grupo terrorista Jundullah, informaron este
viernes fuentes oficiales.
Las autoridades de seguridad y los servicios de emergencia
iraníes precisaron que el doble bombazo de anoche en la capital de
la provincia de Sistán-Baluchestán, limítrofe con Paquistán y
Afganistán, podría ocasionar un número mayor de bajas letales,
reporta Prensa Latina.
Varios de los heridos, entre los que hay efectivos y oficiales
del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), se hallan
en estado grave, de ahí la posibilidad de más fallecidos,
explicaron.
El primer atentado fue ejecutado por un hombre vestido de mujer
alrededor de las 21:20 horas (16:50 GMT) del jueves frente a la Gran
Mezquita de la urbe y detrás de un punto de control policial, de ahí
el elevado número de uniformados del CGRI muertos y heridos.
Fuentes del Ministerio del Interior dijeron que minutos después
detonó otra bomba cuando se procedía a socorrer a las víctimas, que
celebraban en la mezquita chiita el cumpleaños del Imán Hussein,
nieto del Profeta Mahoma, en una fecha también significativa para el
CGRI.
Muchas tiendas y viviendas aledañas al recinto religioso también
resultaron afectadas por los bombazos, además de automóviles
estacionados en sus inmediaciones.
El gobierno de la República Islámica de Irán atribuyó desde el
primer momento el ataque letal a grupos armados musulmanes sunnitas
de las corrientes fundamentalistas wahabita y salafista entrenados
por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense en
Paquistán.
De hecho, el incidente se inserta en la vieja rivalidad entre la
minoría sunnita iraní, predominante en Zahedán y cuyo sector más
radical es Jundullah (Soldados de Dios), y la inmensa mayoría chiita,
que ostenta el poder político y religioso del país.
La organización islamista sunnita reivindicó la acción terrorista
en un mensaje de correo electrónico enviado al canal Al-Arabiya, en
el cual advirtió que habrá más ataques como el de ayer para vengar
la reciente ejecución de dos de sus líderes.
El pasado 20 de junio, el gobierno de la nación persa ajustició
en la horca a Abdolmalek Rigi, cabecilla de Jundullah arrestado en
febrero a bordo de un avión cuando viajaba de Dubai a Kirguizstán
tras entrevistarse con agentes de la CIA, según confesó.
Abdolhamid Rigi, hermano de Abdolmalek, había sido ejecutado en
mayo en la misma prisión de Evin, en Teherán, por su activismo
dentro de Jundullah.