TEHERÁN.— Más de 20 personas murieron y 100 resultaron heridas el
jueves por la noche en dos atentados suicidas contra una mezquita
chiita en la provincia de Sistán-Baluchistán (sudeste de Irán),
teatro de una sangrienta rebelión de un grupo extremista sunita.
"Dos explosiones frente a la mezquita de Jamia en Zahedan dejaron
más de 20 mártires (muertos) y más de 100 heridos", afirmó Fariborz
Rashedi, responsable de los servicios de emergencia de la provincia
de Sistán-Baluchistán, citado por la agencia estatal IRNA.
Los atentados se produjeron cerca de la mezquita de Jamia, en la
ciudad de Zahedan, en momentos en que numerosos fieles se reunieron
para celebrar al imán Hussein, nieto de Mahoma y figura emblemática
del chiismo, así como para rendir un homenaje a los Guardianes de la
Revolución, ejército ideológico iraní.
Según Hossein Ali Shahriari, diputado de Zahedan, hubo dos
atentados suicida consecutivos, y el primero de ellos fue cometido
por un hombre cargado de explosivos y disfrazado de mujer.
"El asaltante, disfrazado de mujer, intentaba entrar en la
mezquita, pero se le impidió hacerlo" cuando se produjo la primera
explosión, dijo Shahriari, citado por la agencia FARS.
"Cuando la gente acudió a ayudar a los heridos, otro hombre se
hizo explotar", añadió. El viceministro del Interior, Ali Abdolahi,
confirmó que el primer ataque fue obra de un kamikaze que se hizo
estallar cerca de la entrada de la mezquita en donde numerosos
fieles esperaban para ingresar al templo, según la agencia FARS.
El viceministro aseguró que entre las víctimas figuran miembros
de los Guardianes de la Revolución.
Indicó además que el segundo atentado causó más víctimas ya que
numerosas personas acudieron al lugar de la primera explosión.
El responsable de la oficina política de los Guardianes de la
Revolución, Yadolá Javani, dio cuenta de la posible implicación de
potencias occidentales en los ataques, entre ellas Estados Unidos,
según declaró a FARS.