Para
Frantz Voltaire, la misión de los cineastas de su país es más clara
que nunca: la construcción de una mirada propia sobre la realidad
haitiana.
Historiador,
politólogo y documentalista, calificado por su colega cubano
Rigoberto López como "un hombre de Renacimiento antillano", Voltaire
se encuentra en La Habana con motivo de la presentación de la III
Muestra Itinerante de Cine del Caribe.
Con estudios universitarios en Santiago de Chile y Montreal,
fundador del Centro Internacional de Documentación e Información
Haitiana, Caribeña y Afrocanadiense (CIDHCA), y productor y
realizador de documentales de tanto interés como Los caminos de
la memoria (2002), La peregrinación de Thomassin (2003) y
En nombre del padre¼ Duvalier (2004), sus juicios acerca de
la situación de la cultura audiovisual en su tierra cuentan y pesan
por su autoridad intelectual.
"El terremoto de enero pasado fue devastador también para la
cultura, al matar a decenas de creadores y barrer con las
instituciones culturales concentradas en la capital —explica. Ahora
que nos abocamos a la reconstrucción, estamos promoviendo a la vez
la necesidad de redefinir nuestra vida cultural y replantearnos el
país que deseamos."
En el plano de la cinematografía, Voltaire alude a la experiencia
de uno de los realizadores de mayor calado, Arnold Antonin, al
llevar su documental Crónica de una catástrofe anunciada al
reciente Festival de Cine de los Derechos Humanos, en Argentina.
"Por primera vez los espectadores —refiere— tuvieron ante sus
ojos una versión diferente a la que transmiten los reportajes de las
televisoras norteamericanas y europeas, y pudieron plantearse
interrogantes que antes no podían."
Voltaire da testimonio de otra acción emergente; la proyección de
películas al aire libre en las comunidades que sobreviven en tiendas
de campaña. Ese mismo espíritu anima la dedicación de los
estudiantes de Cine Institute, la única institución formadora de
profesionales para el sector, ubicada en la villa de Jacmel, también
afectada por el sismo. Con medios propios y en circunstancias
difíciles, los estudiantes han filmado la actualidad haitiana.
En cuanto a su propia obra, Voltaire mostró satisfacción por la
acogida que ha tenido en varios países, entre ellos Cuba, su filme
Maestro Issa (2009). En esa pieza refleja la singular huella
de Issa El Saieh, hijo de inmigrantes palestinos nacido en Petit-Goâve,
quien vivió su adolescencia en los Estados Unidos durante los años
treinta. Al regresar a Haití, bajo el influjo del jazz y los ritmos
cubanos, revolucionó la música en la isla.