Un ataque de Israel contra instalaciones nucleares de Irán podría
desatar una larga guerra, y probablemente no impediría al país persa
adquirir armas atómicas, alertó un artículo publicado en la prensa
egipcia, reporta Prensa Latina.
De acuerdo con analistas del Grupo de Investigaciones Oxford,
promotor de alternativas no violentas para los conflictos, una
agresión del ejército sionista al país persa dará inicio a una
beligerancia prolongada.
La previsión destacada en la edición de este jueves del rotativo
The Egyptian Gazette sostiene que de consumarse las amenazas bélicas
de Tel Aviv contra Teherán, difícilmente impediría la eventual
adquisición de armas nucleares por Irán, y podría incluso alentarlo.
Dentro del pronóstico de la situación volátil en Medio Oriente y,
en particular, en el Golfo Pérsico, el estudio asevera que una
guerra también conducirá a la inestabilidad y a consecuencias de
seguridad impredecibles para la región y el mundo entero.
El reporte avalado por el profesor de estudios de paz en la
Universidad de Bradford Paul Rogers valoró que una acción militar
estadounidense contra el país persa parecía improbable, pero observó
que se han incrementado las capacidades de Israel.
Bombarderos de largo alcance adquiridos en Estados Unidos,
combinados con una flota mejorada de aviones cisterna, el desarrollo
de drones (aparatos no tripulados) de larga autonomía y la probable
disponibilidad de bases de apoyo en el noreste de Iraq y Azerbaiyán,
elevan el potencial de Israel para atacar a Irán , indica el
análisis.
A todo ello se añade el hecho de que Israel es visto por varias
naciones como el único poseedor de arsenal nuclear en Medio Oriente.
Según el informe del Grupo Oxford, a la República Islámica de
Irán podría tomarle de tres a siete años para desarrollar un arsenal
pequeño de armas atómicas, si se decidiera a hacerlo, pero reconoció
que no hay evidencia firme de que exista tal propósito.
El grupo de investigadores advirtió que un ataque israelí no se
centraría sólo en destruir objetivos nucleares y misiles iraníes,
sino también fábricas y centros de investigación, e incluso
laboratorios de universidades para dañar la habilidad y el
conocimiento iraníes.
Además de provocar muchas bajas civiles, la eventual agresión
incluiría el bombardeo directo sobre Teherán y posibles intentos de
asesinar a tecnócratas que dirigen el programa nuclear, y una de las
respuestas iraníes sería retirarse del Tratado de No Proliferación.
Otra acción inmediata del gobierno islámico, agregó el reporte,
sería producir armas nuclares para frenar más ataques, así como el
disparo de misiles sobre israel, y cerrar el Estrecho de Hormuz para
disparar los precios del petróleo.
Teherán también podría lanzar ataques paramilitares o con misiles
a instalaciones petroleras occidentales en el Golfo Pérsico, opinó
la fuente para luego apuntar que tras un primer golpe, se prevé que
Israel lleve a cabo bombardeos aéreos regulares para contener a
Irán.
Las respuestas iraníes serían en todo caso de largo plazo,
pasando a una guerra larga con implicaciones tanto globales como
regionales, apuntó el análisis.
Concluyó, sin embargo, que otras opciones abiertas a Occidente
son redoblar los esfuerzos para llegar a un arreglo diplomático o
aceptar que Irán pueda eventualmente adquirir capacidad nuclear y
usarla mientras inicia un proceso de desnuclearización regional
balanceado.