La posición de Cuba es clara en relación con el veto, un privilegio
anacrónico y antidemocrático que debe ser eliminado cuanto antes,
dijo el representante de ese país, Rodolfo Benítez, reporta Prensa
Latina.
El encargado para las negociaciones intergubernamentales sobre el
tema reconoció que la Carta de la ONU obstaculiza acabar con esa
impedimenta.
Por ello sugirió apelar a otras opciones para limitar su uso por
parte de los únicos beneficiarios: Estados Unidos, Inglaterra,
China, Francia y Rusia.
Al dirigirse a la Asamblea General, congregada este 8 de julio,
propuso anular el veto en el seno del Consejo mediante el voto
afirmativo de determinada cantidad de miembros de ese órgano.
El diplomático cubano alentó a anular el derecho obtenido por
esas potencias -al término de la Segunda Guerra Mundial- por mayoría
de dos tercios en el cónclave.
Consideramos que el concepto de autocontrol voluntario del
ejercicio del veto por parte de los miembros permanentes es
insuficiente y para Cuba no es una opción aceptable afirmó.
Benítez opinó que esto debe ocurrir sin que se establezcan
criterios selectivos o discriminatorios para permitir ejercer el
derecho a una proporción adecuada de países en desarrollo, mientras
el veto siga vigente.
Sólo de ese modo, los menos aventajados económicamente podrán
incidir de manera real en la dinámica del Consejo de Seguridad,
según el negociador.
Cuba no favorece el ingreso de nuevos miembros permanentes sin
veto, porque eso creará una nueva categoría de integrantes del
Consejo y propiciará el desequilibrio a favor de los cinco miembros
permanentes.
No hay justificación para que los países en desarrollo que
ingresen en esa condición tengan un status menor que los que la
ostentan hoy, por eso Cuba apoya plenamente el justo reclamo de los
países africanos, enfatizó Benítez.
No podrá hablarse de una verdadera y profunda reforma del Consejo
de Seguridad si la cuestión del veto queda relegada o ignorada,
concluyó.