Por ello, los estudiantes del plantel decidieron iniciar por su
propia escuela el "andar vueltabajero", una iniciativa coordinada
con el historiador de la ciudad a fin de complementar las labores
productivas a desarrollar en este verano.
"Nuestros alumnos por lo general desconocen la historia local.
Así que todos los días, después del trabajo, hemos planificado
conferencias sobre los principales acontecimientos ocurridos en esta
ciudad, en el sitio donde sucedieron", explica Adalberto Hernández,
un profesor del centro.
De modo que junto al acondicionamiento y la limpieza de la
escuela, se incluyen recorridos hasta el punto donde cayó asesinado
Rafael Ferro, la casa donde vivió el capitán San Luis o el edificio
donde cursaran estudios los hermanos Saíz Montes de Oca.
Así, con actividades dirigidas a enriquecer la formación de los
educandos, las Brigadas Estudiantiles de Trabajo (BET) vuelven a
enrolar a decenas de miles de jóvenes tras la culminación del curso
escolar.
Solo en Pinar del Río, unos 20 000 han expresado su compromiso de
participar en ellas entre los meses de julio y agosto.
Con la premisa de usar las fuerzas racionalmente, esta vez no se
apela a las grandes movilizaciones de antaño. Según Jesús Badín
Ríos, funcionario del Comité Provincial de la UJC, las principales
acciones se concentran en las labores agrícolas y el mantenimiento
de las escuelas, aunque también habrá quienes participen en otras
tareas como la construcción.
En cada territorio, las actividades se adecuan a las necesidades.
Mientras en municipios como Sandino se prioriza la ampliación de
locales con el propósito de asimilar a los estudiantes que hasta
ahora estaban en centros internos, en otros los esfuerzos van
directamente al surco.
Tal es el caso del IPVCE Federico Engels, en la capital
provincial. "Vamos a apoyar la producción de alimentos en nuestra
escuela con la intención de podernos abastecer de algunos productos
y no ser una carga tan grande para el Estado", dice Gabriela Molina,
de 11no. grado.
Del otro lado de la ciudad, en el pre pedagógico, donde los
esfuerzos se concentran en el remozamiento de los locales y la
reparación de la base material de estudio, Martha Rosa Esterlich
asegura que "todo lo que logremos será en nuestro propio beneficio,
porque estamos pintando las aulas donde recibiremos clases a partir
de septiembre".
No obstante, las experiencias no siempre son positivas. En la
Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, aunque una alta cifra de
estudiantes expresó su disposición de participar, los organismos
encargados de asimilar esa fuerza no cumplieron su parte.
"Está establecido que las empresas hagan la solicitud de los
muchachos que necesitan, pero hasta ahora eso no ha ocurrido",
afirma Rosabel Pereda, dirigente de la FEU aquí.
"Los alumnos de tercero y cuarto años de Derecho, por ejemplo,
debían estar revisando el cumplimiento del Decreto Ley 259; sin
embargo, las entidades interesadas no hicieron la coordinación.
Para Adalberto Hernández, un joven profesor de Historia, las
brigadas estudiantiles de trabajo constituyen una herramienta
efectiva para contribuir a la formación de valores. "De ahí la
importancia de que estén organizadas, de usar adecuadamente la
fuerza, pues de lo contrario lo que hacemos es dar un reflejo
negativo".
Lamentablemente, en algunos lugares esto también sucede,
limitando los deseos de hacer en la hora de los estudiantes.