.— La persistencia de fuertes
aguaceros asociados a una cadena de vaguadas obstaculizan los
esfuerzos de las autoridades hondureñas para frenar la expansión del
dengue en el país, que ya contabiliza 21 muertos por la variante
hemorrágica.
El ingreso en el territorio de la onda tropical número 11 y la
llegada de otra mañana, obligó a la Comisión Permanente de
Contingencias a extender la alerta verde hasta el lunes en los
departamentos orientales de Gracias a Dios, Olancho, El Paraíso y
Choluteca.
De acuerdo con un informe oficial presentado a inicios de esta
semana, esas provincias registran la mayoría de los casos
confirmados y los fallecidos por dengue hemorrágico, además de
grandes focos del mosquito Aedes Aegypty, transmisor del mal, pese a
los operativos contra el vector.
Los pronósticos indican que en esas regiones se intensificarán
las lluvias, tormentas eléctricas y ráfagas de vientos fuertes y, en
consecuencia, se elevará el riesgo de inundaciones, desbordamiento
de los ríos y deslaves por el alto grado de humedad en sus suelos.
Ya se reportan daños en las comunidades fronterizas de Trojes y
El Ocotal, en El Paraíso, donde cerca de 60 mil personas están
incomunicadas al derrumbarse un puente por las crecidas de varios
ríos y sus afluentes.
Mientras, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH),
habilitó sus laboratorios para realizar pruebas de dengue
hemorrágico y avanzar con mayor rapidez y efectividad en la
clasificación de exámenes por esta enfermedad.
La iniciativa se puso en práctica ante la alta demanda diaria de
pruebas que reciben los hospitales y centros sanitarios públicos.
Esa institución también integró a sus estudiantes de
especialidades afines a la salud a la campaña para erradicar el
mosquito e investigará en los próximos días las 21 muertes
registradas tras informaciones sobre la posible mutación de una cepa
del virus que provoca el dengue.