Echeverría fue herido de gravedad en tres oportunidades. El
régimen batistiano se vio amenazado por la acción popular en
ascenso, y estremecido por un fuerte movimiento de masas, como
resultado de violentas protestas y huelgas.
En los primeros días de julio, con la salida de Fidel de la
prisión de Isla de Pinos, en la Universidad de La Habana se
intensificaban a diario manifestaciones, mítines y paros que
generalmente desembocaban en choques sangrientos con la policía.
El 9 de junio fue asesinado por las fuerzas represivas el
revolucionario Jorge Agostini. El crimen, ocurrido en medio de la
amnistía declarada por el régimen, provocó la protesta del
estudiantado.
Un mes después, el 9 de julio, los cuerpos represivos violaban
nuevamente la autonomía universitaria. Echeverría es detenido. La
policía causa graves destrozos en los locales de la FEU, y un busto
de Julio Antonio Mella es arrojado al piso y destrozado.
En Cuba, las fuerzas revolucionarias, con José Antonio Echeverría
en La Habana, y Frank País en Santiago de Cuba, continuaban llevando
a cabo nuevos combates contra la tiranía batistiana.