Vale. Aún no se ha terminado el torneo, faltan dos partidos, pero
igual proponemos ya un once ideal. Uno en el que irrisoriamente no
aparecen Leo Messi, Cristiano Ronaldo ni Kaká. Pero el fútbol es el
arte de lo imprevisto, así que, sin más, aquí les va.
Eduardo (Portugal). 27 años. Lo siento, por los que prefieren
a Casillas, pero este es el portero menos goleado del Mundial. Ágil
y de excelentes reflejos, apenas permitió un único tanto del Guaje
Villa en los octavos, tras 333 minutos en que ni Brasil le pudo
anotar.
Maicon (Brasil). 28 años. Llegó a Sudáfrica con la vitola de
ser el mejor zaguero derecho del mundo y la verdad es que no
decepcionó. Rapidísimo, potente, incombustible en sus vertiginosas
internadas, no solo se presentó en la línea del mejor Cafú, con el
añadido de sus remates, sino que encima aportó las mejores ideas
cuando los "fantasistas" de su selección dejaban de generar.
Lucio (Brasil). 32 años. Si hace cuatro años sorprendió por
su depurada técnica al implantar el récord de 386 minutos sin
cometer una falta, ahora en suelo africano demostró nuevamente por
qué es un defensor excepcional. Sólido, enhiesto y con carácter,
brilló en cada una de sus célebres cabalgatas y fue de sobra, junto
con Maicon, lo mejorcito de un grisoso Brasil.
Antolín Alcaraz (Paraguay). 27 años. Aunque hasta su gol a
Italia pocos le conocían incluso en su país, este ayudante de
albañil en su adolescencia contribuyó a cimentar una de las zagas
más sólidas en el eje de Paraguay.
Fábio Coentrao (Portugal). 22 años. Quizá nadie lo hubiera
adivinado, pero este extremo izquierdo al que en principio
bautizaron en el fútbol lusitano como "el Figo das Caxinas" ha
terminado ofreciendo sus mejores prestaciones como lateral. ¿El
resultado? Se ha visto en esta Copa: lanzado desde la zaga es un
auténtico puñal.
Bastian Schweinsteiger (Alemania). 25 años. Aunque hace mucho
dejó de ser una estrella emergente del fútbol alemán, faltaba verlo
asumir el papel de líder. Algo que ha logrado en su nueva
demarcación en la selección nacional. Como medio defensivo, Schweini
funciona como un todoterreno bávaro. Allí muerde, arrolla, se
multiplica y genera peligro en un sentido estrictamente literal.
Thomas Müller (Alemania). 20 años. Es el sello de esta nueva
Mannschaft, pero qué otra cosa se podía esperar. Con el dorsal 13 y
ese apellido, en el Bayern de Múnich ya le tratan como al más famoso
"Torpedo" alemán. Jugador de toque instantáneo, pases quirúrgicos y
aceleración brutal, tiene una picardía extrema para marcar goles
como sea. Virtudes que lo definen como un futbolista especial.
Xavi Hernández (España). 30 años. Y este qué hace aquí,
podrán preguntarse algunos, pero los más enterados saben que no
podía faltar. Elegido dos veces por la FIFA el Mejor Jugador del
Partido (frente a Portugal y Alemania), más que el motor es la
brújula de España. Un genio menudo que, según un viejo maestro,
juega con el pulso bajo, la precisión perfecta y la cabeza alta.
Wesley Sneijder (Holanda). 26 años. Digan lo que digan, poco
importa cuán gris sea el estilo de esta Naranja Mecánica, al final
nada impide que este hombre sea el cerebro, el pulmón y los riñones
de Holanda. Con cinco goles en su haber, lo mismo anota con un obús
de 30 metros de distancia que lo hace de cabeza (con sus escasos 170
centímetros) entre las torres más altas.
Diego Forlán (Uruguay). 31 años. Si existiera un premio
combinado al liderazgo y a la garra, bastaría con que alzara los
brazos. Tan bueno ha sido, y tanto ha corrido que ¿quién se fija en
sus cuatros goles? (incluidos tres morterazos alucinantes), cuando
en el campo se ha dejado el alma.
David Villa (España). 28 años. Quién se acuerda ya de Raúl,
cuando el 7 lo ha heredado este depredador minimalista. Veloz,
impredecible, demoledor con ambas piernas y con tanto talento
detrás. Con sus goles, nunca ha estado mejor dicho, la Furia Roja
MaraVilla de verdad. Quién necesita entonces un Diez, cuando puede
tener a estos once.