Una nueva propuesta de periodización para el estudio de las
comunidades aborígenes de Cuba, conforma el contenido que llena, en
su edición número 20 / 2009, a la revista cubana de antropología
Catauro, publicada por la Fundación Fernando Ortiz.
Las ponencias e intervenciones de arqueólogos, especialistas e
investigadores que participaron en el seminario convocado por la
Fundación para introducir una propuesta diferente de la nomenclatura
aborigen de Cuba en los programas de enseñanza superior de nuestro
país, aparecen en la sección Contrapunteos junto a otros
trabajos que abordan la huella de nuestros más antiguos pobladores,
los indocubanos.
"Creo que debemos aspirar a que las interpretaciones que se hagan
contribuyan académicamente a una definición más general, que no sea
solamente de aquí del patio, cosecha nuestra, sino que la
nomenclatura y las definiciones a las que lleguemos aquí puedan
abarcar, al menos, el área de la cuenca del Caribe, para que los
estudiantes tengan una claridad", acotó Miguel Barnet, director de
la Fundación y de la revista.
Pero no solo —aunque sí la mayor parte— colecta en su interior
este "cesto antillano". Muy a tono con los propósitos editoriales ha
sido escogido para desplegar el enjundioso dossier de la
sección Imaginario, al destacado intelectual cubano, poeta,
antropólogo narrador, folclorista, pintor y fotógrafo Samuel Feijóo,
quien recibe de la pluma de los intelectuales Virgilio López Lemus,
Jesús Guanche, Cleva Solís, Wanda Lekszycka, Silvia Padrón Jomet y
Sergio Valdés, entre otros, los más amorosos honores, entrañable
muestra de la presencia del hombre paisaje —como más le gustaba ser
llamado— en aquellos a quienes inspiró. También puede leerse una
carta escrita por Barnet al escritor René Batista Moreno, autor del
libro sobre Feijóo Los bueyes del tiempo ocre, tras haberlo
"devorado con ganas". "Él era Zeus y nada más y al final tuvo el
alivio de creérselo", expresa el autor de Cimarrón, en la
sugestiva misiva a cuyo remitente pretende agasajar en este número.
El zarapico también es mostrado a los lectores desde el prisma de
su hija Adamelia Feijóo, quien lo inmortaliza con sus Felices
memorias. Completan la cortesía disímiles textos del propio
autor y una correspondencia que hubo de sostener con el sabio
Fernando Ortiz.