Un programa para fomentar 26 fincas integrales dedicadas al
cultivo de frutales se impulsa en la provincia de Las Tunas, como
parte del esfuerzo que desarrolla Cuba por incrementar la producción
de alimentos.
Estas pequeñas entidades abarcan en conjunto una extensión
próxima a las 200 hectáreas y contarán con sistemas de regadío y
otros recursos que posibiliten diversificar las especies y elevar
los rendimientos, tradicionalmente bajos en este territorio
oriental, el de menor promedio histórico de lluvias en la Isla.
El ingeniero Omar Pérez, subdelegado de Cultivos Varios de la
Agricultura en Las Tunas, dijo a la AIN que en cinco de las fincas
se trabaja ya en la terminación del sistema del riego electrificado
y en la siembra de variedades fundamentales de frutas para dejarlas
consolidadas en esta actividad.
Además de la tradicional sequía que la caracteriza, la provincia
fue azotada a fines de 2008 por los huracanes Ike y Paloma, lo que
ocasionó que en 2009 se registrara una drástica disminución en sus
cosechas de viandas, granos y hortalizas.
Los frutales también decrecieron hasta apenas unas tres mil 300
toneladas, poco más de la tercera parte de lo reportado en el año
precedente.
Con el fin de revertir progresivamente esa adversa situación en
los ocho municipios tuneros se plantaron, durante lo que va de año,
cerca de 470 hectáreas de especies frutícolas, fundamentalmente de
mango, guayaba y coco, los más comunes en esta zona del país.
Según datos divulgados por la Oficina Nacional de Estadísticas
(ONE) a nivel nacional Cuba produjo como promedio en los últimos
años cerca de 350 mil toneladas de frutas, volumen que resulta
insuficiente para satisfacer las necesidades.
Para superar paulatinamente ese resultado en todas las provincias
se labora para elevar la plantación de diversas especies en las
cooperativas campesinas y entidades estatales, tarea que es apoyada
por buena parte de la población con la siembra en los patios de los
hogares.