A quienes vieron la primera fecha de grupos de este Mundial de
Sudáfrica’10, pudo rondarles el fantasma de Italia’90, cita que
albergó el promedio de goles más bajo de la historia (2,21).
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David Villa. |
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Gonzalo Higuaín. |
Justo ahí cambió la realidad, afloró la capacidad goleadora de
los grandes equipos y los partidos ganaron en emoción, al punto de
que al finalizar los octavos la media frisó las tres dianas por
choque (2,75).
El eliminado Portugal, por ejemplo, le propinó su mayor goleada
de estas lides a la RPD de Corea (7-0), mientras cuatro de los
siempre aspirantes a la Copa son los colectivos con mayor cantidad
de perforaciones del total de 123 conseguidas hasta hoy: Argentina
(10), Alemania (9), Brasil (8) y Holanda (7).
No podían ser menos que el reflejo de sus colectivos los arietes
en el orden individual, salvo el letal delantero español David
Villa, quien posee en su cuenta cuatro de las cinco perforaciones
conseguidas por los ibéricos, y comparte el preciado liderazgo con
el albiceleste Gonzalo Higuaín, pero muy lejos de la hazaña del
francés Just Fontaine, en Suecia’58, cuando destrozó 13 redes.
Han sido los segundos tiempos —los de la definición— los que
mayormente han atestiguado el grito ahogado de gol: 72 por 50 en
primeros parciales; mientras con el arreciar de los combinados en
ataque las defensas rivales truecan botines por "hachas", de ahí la
superioridad de amonestados en segundas mitades: 114 por 86 en los
inicios.
Por fortuna, la curva ascendente de perforaciones contrasta con
la de las expulsiones (14), distantes de las 28 de Alemania’06,
considerada por mucho la edición más "violenta".
Para concluir, baste decir que por primera vez Sudamérica tiene
más equipos en cuartos de final (4), que Europa (3). Hace cuatro
años, solo Argentina y Brasil acompañaron a seis europeos en la
ronda de ocho.
Ah, solo tres de los visados a cuartos perdieron un partido en la
fase de grupos: Alemania, España y Ghana.