Acoger al menos el 15 por ciento de la plataforma insular y la
cuarta parte de los arrecifes coralinos, es interés del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), de impacto en la provincia de
Pinar del Río.
Con sus 14 municipios salientes al mar, en la más occidental
provincia cubana el potencial científico está inmerso en todas las
modalidades conservacionistas de esas zonas, indican informes
territoriales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA).
Vínculos sostenidos entre ese sector y el del turismo repercuten
en la satisfactoria preservación de la biodiversidad, en sitios como
la reserva de la biosfera Península de Guanahacabibes, con más de
150 puntos de inmersión destinados al buceo contemplativo.
Publicaciones especializadas ubican en el año 1989 el despegue de
la implementación del resguardo de las áreas marinas cubanas, labor
menos desarrollada que en el sector emergido de las aguas, donde es
más extensa la tradición en cuanto a investigaciones.
Ello motivó a los estudiosos volver los ojos a los mares, de
profusa biodiversidad, riqueza paisajística con valores culturales e
históricos, y espacio de la actividad pesquera, demandada a escala
mundial de una explotación con criterios sostenibles.
Cuba tiene más de cien áreas en litorales propuestas para
integrar el SNAP, de ellas casi 50 de relevancia nacional, en tanto
múltiples sitios se resguardan bajo las formas de protección de
zonas con régimen especial de uso, promovidas por la rama pesquera
del Ministerio de la Industria Alimenticia, y las de buceo.
Paralelamente, la nación antillana, con unos cinco mil 800
kilómetros de costas, reporta en proceso para declarar en la
categoría de Patrimonio Mundial al Parque Nacional Ciénaga de
Zapata, mayor humedal del Caribe, y al sistema arrecifal.