Disciplinas como la historia, arqueología, naturaleza y el arte
abren espacios al saber desde vitrinas y salas de los museos de la
provincia de Guantánamo, cuyos especialistas invitan a la recreación
instructiva durante el verano 2010.
Casi una veintena de instalaciones, por las que transitaron más
de 87 mil personas en los primeros cinco meses del año, ponen a
disposición de los vacacionistas colecciones que distinguen cada
institución, como el Ídolo de Maguana y el hacha de cuello,
reliquias del museo Matachín, de Baracoa.
Objeto de atracción por su historia intramuros deviene este
centro, creado en una de las fortificaciones españolas, que junto al
Castillo de San Seboruco y el Fuerte de La Punta, formaba el
triangulo defensivo de la Primera Villa, contra el asedio de
corsarios, piratas e ingleses.
Más arriba de Matachín, a 300 metros, una caverna del período
cuaternario acoge el museo arqueológico Cueva del Paraíso, cuyas
galerías exhiben, in situ, enterramientos aborígenes, piezas
ceremoniales y pinturas rupestres, entre otros invaluables objetos.
El museo 11 de Abril, de Cajobabo, en Imías, transmite la
presencia de Martí y Fidel en la otrora casa de Salustiano Leyva,
último testigo del desembarco del Apóstol de la independencia de
Cuba, por La Playita en esa fecha de 1895.
Casi centenario, Salustiano Leyva compartió con el líder de la
Revolución sus recuerdos de la memorable noche, entrevista
inmortalizada por Santiago Álvarez en su documental "Mi hermano
Fidel".
Ilustrativa para el estudio de la usurpación norteamericana del
territorio de la base naval se hace la visita al museo 19 de
Diciembre, de Caimanera, como también recorrer las salas de la
"Comandancia del Aguacate", memoria histórica del II Frente Oriental
Frank País, liderado por Raúl Castro Ruz.