Vladimir Astapenka, embajador de la República de Belarús en Cuba,
destacó los históricos lazos de amistad y colaboración que unen a
ambos pueblos, al celebrase hoy aquí el Día de la Fiesta Nacional
del país centroeuropeo.
En la velada cultural efectuada en la capitalina Casa de la
Amistad para recordar el fin de la ocupación nazi a su patria, el
diplomático bielorruso reiteró la posición inequívoca de su gobierno
en contra del bloqueo que impone Estados Unidos a la Mayor de las
Antillas, hace más de medio siglo, dijo la AIN.
Se pronunció además por la inmediata liberación de los cinco
Héroes Cubanos que permanecen en cárceles norteamericanas penando
injustas y desproporcionadas condenas por infiltrar organizaciones
terroristas que actúan contra su país desde La Florida, con la
complicidad de Washington.
Astapenka agradeció asimismo, el apoyo brindado por la isla
caribeña a la república ex soviética, en el afán de consolidar su
presencia en el concierto internacional de las naciones
independientes.
En el acto, auspiciado por el Instituto Cubano de Amistad con los
Pueblos, Homero Pérez, director de Europa de ese organismo,
agradeció la ayuda brindada por Belarús a la Isla, desde el Triunfo
de la Revolución, en el plano económico- social y en la esfera de
las relaciones internacionales.
A la celebración asistieron, además: Dagoberto Rodríguez,
viceministro de Relaciones Exteriores; Elio Games, vicepresidente
del ICAP, y representantes del cuerpo diplomático acreditado en la
Isla, entre otros.
Desde 1991, Belarús celebra el tres de julio su Fiesta Nacional
para recordar la liberación de su capital de la ocupación nazi, en
1944, y el fin de la guerra en la que ese país perdió alrededor de
un tercio de su población y más de la mitad de sus recursos
económicos.
Hoy la nación europea de 207 600 kilómetros cuadrados de
superficie, está conformada por casi 10 millones de habitantes y
ostenta un elevado desarrollo industrial.
El 25 de agosto de 1991 Belarús se constituyó estado
independiente al separarse de la antigua URSS, y su soberanía fue
reconocida inmediatamente por Cuba. En 1992, Minsk y La Habana
establecieron relaciones diplomáticas.