Venció
España, pero sobrevivió Chile, y aunque se quebró su sorprendente
invicto en 14 salidas (con 10 victorias y cuatro empates), los cinco
elencos de Sudamérica avanzaron en pleno a la fase de octavos del
Mundial.
Ese desempeño estadísticamente brillante lo refuerza además el
pase de México, que realza el indudable predominio del fútbol
latinoamericano en la competición. De los siete representantes que
tuvo la región, solo la modesta Honduras quedó en el camino, aunque
no sin antes asestarle el golpe de gracia a Suiza en el adiós. Una
baja más para Europa, que asiste a la mayoría de los partidos entre
la perplejidad y la decepción. De 13 equipos que tenía, únicamente
le quedan seis, habiendo recibido incluso batacazos de equipos como
Ghana y Japón (frente a Serbia y Dinamarca).
La
garra charrúa principia la presentación de los equipos
latinoamericanos en los octavos.
Tan pobres, tan pálidas y tan mal han lucidas de momento casi
todas sus potencias históricas que en el Viejo Continente no se
habla de otra cosa que no sea el lúgubre desmayo italiano y el
rocambolesco ridículo francés. Ya saben: unos, víctimas del desvarío
y la anarquía, y otros, de la falta de ideas y la vejez, los últimos
finalistas hicieron las maletas bien temprano y tendrán que ver el
resto del torneo por TV, aunque el debate igual persigue de cerca al
atildado juego que practica el seleccionado inglés.
Tantos traumas arrastra el equipo de los "Tres Leones", que su
técnico Capello ya se teme lo peor. De ahí que le solicitase al
psicólogo Christian Lattanzio atender sobremanera la concentración
de sus jugadores por si acaso... el "coco" alemán se les aparece en
los penales. La Mannschaft germana, actualmente dirigida por Joachim
Löw, nunca ha perdido en ese tipo de definición en los Mundiales
(España’82, México’86, Italia’90 y Alemania’06), casi todo lo
contrario de lo que ha sido el caso inglés (1990, 1998 y 2006), si
bien seguramente nadie duda a quién elegir para custodiar la
portería entre Robert "el Patán" Green y David "la Calamidad" James.
De ese modo, más allá del sorprendente "matagigantes" eslovaco,
sus otras esperanzas en dos eternos aspirantes como la envalentonada
"Furia" española y el discreto "fútbol total" holandés. Sin olvidar
a Portugal, por supuesto, que tampoco anda muy sobrado de ingenio
cuando a Cristiano Ronaldo le da por desaparecer. "Fue un gran
espectáculo, una fiesta de fútbol", proclamó su técnico Carlos
Queiroz, poco después de que su equipo empatara 0-0 contra un Brasil
B (sin Kaká ni Elano).
Restan así las dos incógnitas asiáticas, de las cuales Sudcorea
se despejará hoy. "Va a ser un partido muy duro, quizás para los
dos", reconoció el seleccionador uruguayo Oscar Tabárez un día antes
del trascendental duelo. En Port Elizabeth, la garra charrúa sueña
con reverdecer sus gloriosos laureles y avanzar, avanzar, avanzar
cuanto más lejos le sea posible, mientras algunas horas más tarde un
inspirado once de los Estados Unidos pondrá a prueba el esfuerzo del
único sobreviviente africano.
Quizá sea triste admitirlo, pero no es menos cierto, el fútbol en
el "continente negro" se ha estancado. Todos sus equipos poseen sin
duda grandes estrellas. Todos, sin embargo, han exhibido al mismo
tiempo un exiguo bagaje. En África tal parece que ahora solo se
producen en grandes cantidades dos típicas especies de jugadores,
entre gráciles delanteros y los llamados medios matracas.
Futbolistas hercúleos que reparten patadas a diestra y siniestra,
pero que lamentablemente con el balón en los pies poco imaginan,
poco lucen y poco sueñan. Lástima, sí, que únicamente los equipos
latinoamericanos promuevan el fútbol entonces como la auténtica
fiesta que es.
Resultados del viernes: Grupo G: Brasil, 0 – Portugal, 0;
Costa de Marfil, 3 – RPD de Corea, 0 (Yaya Touré, min. 14; Romaric,
20; Salomon Kalou, 82). Grupo H: España, 2 – Chile, 1 (David Villa,
24; Andrés Iniesta, 37; Rodrigo Millar, 47); Suiza, 0 – Honduras, 0.