La actual etapa ciclónica, pronosticada activa por los
especialistas, trae a la mente de pobladores y expertos el arribo
casi aparejado de múltiples ciclones a la provincia de Pinar del
Río, afectada por 150 de ellos, de 1900 a la fecha.
De acuerdo con investigaciones del meteorólogo Ernesto Castaño
García, durante ese período tales fenómenos meteorológicos llegaron
al territorio en el mismo mes en 10 temporadas, en tanto agosto y
septiembre encabezan los reportes con tres dúos de tormentas de
mayor o menor intensidad, respectivamente, reporta la AIN.
En los años 1914, 1933 y 1938, agosto registró huracanes de a
pares, y por su parte en septiembre las nefastas parejas se hicieron
sentir en 1901, 1909 y 1924, mientras iguales hechos ocurrieron en
junio de 1936, julio de 1970 y octubre de 1969 y 1975.
Sin embargo, las curiosidades no terminan ahí, pues aunque en
distintos meses, otros meteoros castigaron la provincia en lapsos de
pocos días, como Isidore y Lili, uno el 20 de septiembre y el
segundo, el primero de octubre, ambos en 2002.
Más reciente fue el caso de los huracanes de gran intensidad
Gustav e Ike, el 30 de agosto y nueve de septiembre de 2008, con la
particularidad de que los expertos consideran a Gustav uno de los de
mayor potencia destructiva en la historia del país.
Su gran magnitud causó récord con un vendaval de 340 kilómetros
por hora, en la estación de Paso Real de San Diego, entre otros
perjuicios.
Si bien el año 2009 tuvo poca actividad en el área, gracias en
parte al fenómeno del Niño, cuyos vientos impiden o retrasan el
desarrollo de sistemas tropicales, los habitantes de la provincia
más occidental de Cuba, con vasta experiencia en el enfrentamiento
de ciclones tropicales, vuelven a estar alertas.
Según especialistas de la Universidad de Colorado, en 2010 surge
la Niña, de impacto en el enfriamiento de las aguas del Océano
Pacífico que, sumado a las altas temperaturas de las aguas del
Atlántico, favorecen el pronóstico de un año huracanado.